Over You - Damian x Anya

Capítulo 7 - Rechazo

꧁༒•𝓡𝓮𝓬𝓱𝓪𝔃𝓸•༒꧂

El sol se había puesto y las nubes estaban despejadas. Una brisa cálida apareció, el cual me tranquilizó un poco.

Ambos andábamos en silencio hasta el parque en el que habíamos quedado. El Segundo estaba cabizbajo sin saber qué decir mientras que yo intentaba distraerme con cualquier otra cosa que no fuese él.

No sé cómo salimos desapercibidos después de clase pero tuve la suerte de que nadie, ni siquiera Becky, nos viese salir juntos de la academia.

Llegamos al parque y el Segundo pidió que nos sentáramos en el banco más cercano que teníamos. Sacó su móvil (celular) para introducir mi número de móvil y me mandó un mensaje:

¿Qué quieres decirme?

Yo agregué su contacto disimuladamente nada más recibir su mensaje y respondí:

Lo siento por hacerte reunir aquí conmigo tan repentinamente. Es que hay algo importante que quiero decirte.

¿Qué es?

Verás...

Yo...

El Segundo no se aguantó y miró mi móvil antes de siquiera haberle mandado el mensaje y leyó:

Tenemos que dejar de vernos.

Tenemos que olvidarnos el uno al otro*.

El Segundo me miró a los ojos, páido. Tenía la piel blanca y el cuerpo temblando. No me podía creer lo que le había afectado.

Giró su cabeza hacia otro lado y se levantó.

"No quería que acabáramos así" pensé.

Como quieras.

Leí su mensaje temblando y lo vi irse rápidamente. Permanecí sentada durante minutos sin poder creerme lo que hice. Estaba herida y rota por dentro. No terminaba de creer lo que había hecho y antes de poder darme cuenta empecé a derramar lágrimas.

"¿Cómo es que alguien con quien ni siquiera llegué a llevarme bien, ha podido hacerme sentir tanto dolor dejarlo ir?" pensé.

—¡ANYA! ¿Estás bien? ¿Qué ha pasado?

Levanté la mirada y me encontré con mi mamá corriendo hacia mí con Bond. Ambos me abrazaron con fuerza y... lo agradecí eternamente. Necesitaba ese abrazo.

Cuando acabé de derramar lágrimas, mamá me miró con tristeza, intentando saber el porqué estaba llorando.

"No sé... qué decir".

—Anya... —decía mi madre.

—Es que... he perdido a un amigo.

Mamá me acariciaba la espalda como consuelo mientras yo intentaba dejar de sollozar.

—¿Quieres que vayamos a casa para estar más tranquilas? —me preguntó mamá y yo asentía varias veces.

Nada más llegar a casa me tumbé en el sofá, cubriéndome con una manta y dejando la mochila del cole a un lado. Mamá se sentó a mi lado, intentando saber más de lo ocurrido.