Capítulo 3

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Luego del fiasco en mi primer día de escuela, llegué a casa agotada y llamé a Ella para contarle absolutamente todo.

- ¿Enserio es tan malo?

- Sí, no te imaginas lo seco que es. Me sigo sintiendo culpable igual, ya sabes como soy.

- Peyton, fue un error. Deja de hacerlo. Siempre te dejas carcomer por la culpa, relájate. Encima es un imbécil que no merece que te sientas así.

- Tienes razón.

- Pero, entre nosotras, ¿es lindo? — me reí con su pregunta, ya que era típica de Ella.

- Parece modelo de Calvin Klein, para que te des una idea. — pude escucharla dar un mini grito.

- Esos son los mejores. Bueno, tengo que dejarte porque tengo clase de tenis. Adiós, te quiero.

- Adiós, yo también. — y ahí finalizó. Como me gustaría que esté acá conmigo, y vivir todo con ella.

Agotada, me acuesto en mi cama decidida a tomar una siesta de media hora.

La alarma me despertó y al mirar la hora me doy cuenta de que son las 7 de la mañana y tengo que ir a la escuela. La siesta de media hora fue de mil años, siempre me pasa lo mismo. Pero bueno, ya no se puede hacer nada.
Me levanto y dirigiéndome al baño para darme una ducha mientras escucho mi playlist favorita de spotify. Tardaré unos 10 minutos y al salir me dirijo al vestidor, elijo un vestido gris fresco y me pongo mis crocs. Voy al baño, me hago un rodete despeinado, me pongo rubor y perfume y bajo directo a desayunar.
Como era de esperarse, papá no está. Pero Liam tampoco, levanto la vista y veo una nota en la heladera: "Peyton, salí temprano porque tenía una tarea sin terminar. Te dejé el desayuno en la mesa, te quiero." Genial, ahora debía irme sola, espero no perderme. Me como la deliciosa tostada francesa con jugo de naranja que me dejó y salgo en dirección a la escuela.
El barrio en que vivimos es completamente hermoso, el sábado en la mañana voy a salir a correr como siempre hacía en Carolina. Me pongo los auriculares y camino hacía la escuela. Estaba metida en mis pensamientos hasta que el ruido ensordecedor de un auto frenando me despierta y al levantar la vista me encontraba en el medio de la calle, me saco los auriculares y pido disculpas.

- Perdón, estaba distraída. — cuando levanto la vista para mirar el auto el conductor es nada más y nada menos que Drew Jenner.

- Nunca te fijas donde caminas, ¿no? Pedís muchas disculpas, sal de mi camino. — dice y termino de cruzar la calle. Definitivamente tengo un problema con ese chico. Aunque tiene razón, tengo que fijarme por donde camino.

Cinco minutos más tarde llego al colegio y me dirijo a mi casillero, miro mis horarios y la primer clase que tengo es de Biología. Voy al aula y me encuentro con Lola guardándome un lugar.

- Hola. — la saludo — Gracias por guardarme el lugar.

- De nada.

Y la clase comienza, la profesora se llama Stella y la da de una forma tan apasionada que es satisfactorio escucharla hablar. De repente un ruido interrumpe esta hermosa clase y todos miramos a la puerta. Y, como era de esperarse, era Drew.

- Jenner. Entre.

- Disculpe profesora, he tenido un inconveniente. No volverá a pasar. — se disculpó, y justo cuando comenzaba a creer que tenía un poco de modales le guiñó un ojo burlándose a su compañero de banco, era obvio que no había tenido ningún inconveniente. De hecho, tenía labial en el cuello. Que ordinario.

La clase prosigue con ruidos de risas en el fondo provenientes de Drew y su amigo, debe estar contándole lo que realmente pasó. ¿No pueden hablarlo más tarde? Hay gente intentando prestar atención, son insufribles.

Más allá de la máscara Donde viven las historias. Descúbrelo ahora