Capítulo 2

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Después de más o menos 4 horas de viaje, aterrizamos en California. Dormí todo el viaje, soy una morsa. Amo dormir, no lo puedo combatir, es más fuerte que yo.
Bajé por mi equipaje, no tuve problema en encontrarlo ya que mi maleta tenía mi nombre grabado, había sido un regalo de mi padre para que la usara cuando fuera a visitarlo. Paso por migraciones rápido y me dirijo a la salida. Al salir, veo a mi papá y a mi hermano con un cartel que dice "Collins". Realmente me quedo en estado de shock al ver lo grande y cambiados que están ambos, sobre todo Liam. Pero el estado de shock me desaparece en un instante y corro hacia ellos. Me lanzó en los brazos de Liam pero este me interrumpe:

- ¿Perdón? ¿Te conozco? — dice bromeando. Él era el típico hermano mayor bromista, además de celoso y sobre protector. Pero créanme que tenía un humor excelente. Le doy un golpecito en el hombro mientras río.

- Te extrañe, cabeza hueca. — lo abrazo más fuerte dejando un par de lágrimas salir. Soy súper sensible. Y lo extrañé, más de lo que las palabras pueden expresar.

- Y yo a ti inmunda. — dijo devolviéndome un aún más fuerte abrazo.

- ¿No hay abrazo para mí? — dice una hermosa voz, la que tenía siempre las palabras exactas para hacerme sentir mejor. Me suelto rápido de Liam y salto en brazos de papá largándome a llorar de emoción. Y, como era de esperarse, él llora también, de ahí sale mi enorme sensibilidad. — Te extrañé mi pequeña.

- Yo también, más de lo que puedo expresar con palabras. — lo suelto. Estamos haciendo un papelón.

Papá y Liam agarran mis valijas y nos dirigimos al auto. Me siento en el asiento trasero, ya que Liam siempre iba de acompañante.

- ¿Y? ¿Qué tal fue el vuelo? — me pregunta, a lo que yo me río.

- Ojalá pudiera decirte, la realidad es que dormí todo el viaje. — papá me mira y sonríe.

- De tal palo tal astilla.

Y así continuó el viaje a casa, una conversación eterna sobre todo lo que había pasado en los últimos dos años sin vernos, lo mucho que nos extrañábamos y lo divertido que iba volver a estar todos juntos, a excepción de uno: mamá. La causante del divorcio, la causante de mi mudanza a California, la causante de todo lo malo en mi vida. Pero igual la amaba, a pesar de todo; porque creo que no hay nada más difícil que odiar a un padre por más cosas malas que te haga pasar.

Estacionamos en la puerta de la casa y quedo impactada por completo, no puedo creer que hayan abandonada su antigua casa, mucho menos que no me hayan contado. Esta casa es increíblemente inmensa, y hermosa.

- ¡No me contaron que se habían mudado! Esta casa es simplemente hermosa. — y lo decía enserio. Deberían poder verla, es de ensueño. Es la combinación perfecta entre ladrillo y color nude, tiene ventales de vidrio hermosos. No hay como describirla es, simplemente, perfecta.

- Me alegra que te guste. — suelta papá. Liam sonríe.

- Espera a ver tu cuarto. — dice y entro corriendo a la casa dándome cuenta que por dentro es 10 veces más hermosa.
La analizo. La cocina es completamente moderna y extensa, algo bueno porque amo cocinar, que la cocina sea grande en una casa para mí es algo clave. Paso por el comedor y veo una mesa de vidrio hermosa, de ahí paso al living que consta de dos sillones, y una hermosa chimenea, me quedo admirándola.

- Mira esto — dice papá apareciendo detrás de mí con un control remoto apuntando a la chimenea. Aprieta un botón provocando que los ladrillos de la misma desaparezcan para arriba dejando a la vista un televisor gigante.

Más allá de la máscara Donde viven las historias. Descúbrelo ahora