Ruby Eyes ~(Diluc Ragnvindr x reader)~

Parte XIV

Diluc: Solo estoy un poco nervioso, eso es todo. ¿Qué tal te lo estás pasando, querida?

___: Genial, pero solo me faltabas tú, como te podías esperar.

Kaeya: Menos mál que has llegado hermanito. Estaba empezando a aburrirme con su "seguro que a Diluc le gusta esto y lo otro". Aunque por lo menos hemos podido charlar sobre la historia del festival, ¿verdad, ___?

___: Si, aunque estoy sorprendida de que sepas tanto de ese tema, Kaeya.

Mi hermano solo le mostró su característica sonrisa enigmática, mientras que ella lo miraba confundida.

Kaeya: Cambiando de tema... Diluc, ¿Por qué has llegado tan tarde? ¿Hay algún motivo que debamos saber?

___: Cierto, adelante. Creo que pensaré en perdonarte si tu excusa es lo suficientemente creíble. -bromeó-.

Diluc: No tengo ninguna excusa. Me distraje con ciertos... trabajos, y se me echó el tiempo encima, lo siento mucho...

A decir verdad, me sentía un poco molesto de haber dejado que mi afición a la organización haya provocado que llegase tarde a este evento tan especial. De hecho esperaba que ella estuviera algo enfadada por haberlos tenido esperando. Pero en su lugar, ella pareció no darle importancia y empezamos a caminar, mientras que se ponía a mi lado.

Diluc: y dime, cariño. ¿Que has aprendido mientras no estaba?

La miraba con ternura mientras ella se disponía a contarme toda la historia detrás de las tradiciones y el festival. De cierto modo, es hermoso que la antigua metrópolis gobernada por tiranos que era Mondstadt se haya convertido en la capital del romanticismo y la libertad. Siento que mi querida ___ está aprendiendo muy rápido sobre este lugar, a pesar de que solo haya llegado hace unos meses.

Tan solo unos meses... ¿ha sido suficiente para que esta mujer se haya ganado mi corazón?

___, querida. No sabes lo que has hecho de un hombre solitario como yo... quiero cambiar a tu lado, y ver cómo prosperas en tu aventura.

La miraba terminando su relato, mientras llegábamos a nuestra primera parada: la biblioteca.

Aunque el ambiente festivo no invitaba a quedarse en un lugar cerrado, todos los años la biblioteca de los caballeros de Favonius prepara actividades para crear tus propias cartas y poemas en honor al Ludi harpastum. Abrí el gran portón de la sede y solté la mano de ___, para dejar que mis acompañantes fueran delante mío al interior del edificio.

Mi querida ___ llegó a la biblioteca con entusiasmo, esperando encontrarse con la pícara bruja electro que nos recibiría.

Lisa: ¿qué os trae por aquí, dama y caballeros?

Diluc: verá, señorita. Nos gustaría participar en la actividad de poesía de este año.

Lisa: oh, cierto. Al parecer no creo que haga falta preguntar a quien dedicará sus poemas, ¿cierto, señor Ragnvindr?

Me estaba mirando con una mueca un poco burlona, provocando que mis mejillas se empezaran a calentar de la vergüenza. Por barbatos que alguien me mate, porque creo que mi timidez terminará matándome.

___ soltó unas risitas y besó mi mejilla de forma inesperada, haciendo empeorar mi sonrojo.

Mientras las dos chicas se encargaban de hacerme perder la compostura, mi molesto hermano observaba la escena como si fuera lo más entretenido que su ojo haya visto nunca.

Lisa: bueno, ¿y que hay de ti, señor Alberich?

Kaeya: si te lo dijera no sería divertido, ¿no lo crees~?