Parte XIV

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En primer lugar, creo que sería buena idea si repaso las tradiciones del festival.

Toda la ciudad estaba adornada con hermosas flores, como el día en el que me declaré a ella...

A pesar de que este será nuestro último día antes de nuestra despedida, no tiene que ser motivo para que ninguno de los dos esté triste por ello.

Es por eso que así llegamos a la segunda tradición: los poemas y las cartas. Escribiremos juntos al atardecer mientras la música de la ciudad añade el toque final.

Por supuesto que no he olvidado los banquetes ni la compañía, por lo que he encomendado a Jean la tarea de reunir a todos los amigos de ___, y así disfrutar con ellos. En cuanto a la música y los banquetes, el primero se lo encomendaré al bardo de pacotilla y encargaré la cocina a su restaurante favorito.

Una vez tengo eso aclarado, nos reuniremos en la plaza del arconte al anochecer, para darle la despedida a esa fecha tan marcada.

Ese mismo día estaba con los nervios completamente a flor de piel. No podía dejar pasar esta oportunidad de disfrutar este festival a su lado, puesto que habría hecho lo que fuera para verla sonreír, y ese era el exacto motivo por el que estaba haciendo todo.

Estaba sentado en mi escritorio, repasando una y otra vez si había dejado algún cabo suelto. De la misma manera que solía ocuparme de la administración de mi viñedo.

Soy un profesional, ¿qué menos podría hacer? Mi querida ___ merecía más esfuerzos y atención de mi parte de los que el resto de mis clientes podrían recibir.

Mi planificación queda interrumpida ante el leve golpeteo de la puerta de mi despacho. Dejo salir un desinteresado "adelante", debido a que estaba muy concentrado para prestar atención.

Dirigí mi mirada al frente para encontrar a mi criada jefe en el marco de la puerta, esperando mi atención.

Diluc: dime, Adelinde.

Adelinde: señor, el trabajo que me pidió está hecho. El señor Alberich me ha pedido que le informe de que la señorita ___ ya está en la ciudad capital, y están haciendo tiempo hasta que se reúna con ellos.

Me sorprendí al escuchar eso, y miré angustiado mi reloj para verlo marcar las 16:27. Por los siete, ¿Cuánto tiempo llevo aquí?

Asentí frenéticamente y le pedí que por favor dejara que me cambie a mi atuendo de esta tarde. Me decanté por utilizar ropa distinta a la habitual, con colores más vívidos y frescos que fueran acorde al ambiente del festival.

Le agradecí por su dedicación y por haberme avisado, así que le pedí que se tomara el día libre y rápidamente me dirigí a Mondstadt.

Cuando llegué, los mares de personas reunidas por la celebración me hacían la tarea de encontrarlos más difícil y estresante. Tras estar buscándolos por varios minutos, mi mente estresada empezó a sopesar las peores posibilidades, haciendo mi sentimiento de angustia algo mayor. Conseguí avanzar hasta la plaza principal después de haberme perdido entre la calle y los mares de gente, y pude verla de nuevo.

Estoy bastante seguro de que ella no entendía el motivo de mis nervios, a juzgar por su expresión. Pero igualmente me correspondió después de que me acercara a recibirla con un abrazo, en frente de mi estupefacto y estúpido hermano, pero en ese momento no me importaba en lo más mínimo.

___: ¿Te pasa algo? Pareces asustado...-ella me miraba preocupada- ¿Estás nervioso? Estamos bien, ¿lo ves? No hay nada que preocuparse.

Ella tomó mis mejillas con delicadeza, acariciándolas con el pulgar y sonriendo con dulzura. No quería montar una escena delante de mi hermano después de todo, así que me limité a abrazarla de vuelta y sonreír de nuevo.

Ruby Eyes ~(Diluc Ragnvindr x reader)~Where stories live. Discover now