6: El lago

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Ya que estamos, síganme en Instagram y nos conocemos mejor je je. Pueden encontrarme como @milaacolm
Solo si quieren :D

Me regreso con los chicos, ya la mayoría esta aquí. No veo más a Emi así que me acerco a Juli y a Enzo, ellos se suben a una camioneta y yo los sigo. Vamos Enzo, Juli, Otamendi y Rodri. Rodri se sube en el asiento de copiloto y yo me siento sobre mí hermano en los asientos de atrás, junto a Otamendi y Juli.

—Cómo pesas pelotuda —se quejó Enzo y lo golpeé en la cabeza.

—Sí queres me voy en otra camioneta con otros chicos —amenacé y Enzo me miró mal.

—No, vos te quedas acá —objetaron Juli y Enzo, celosos.

—Juli, vos que mosca picas acá —lo regañé y el castaño me miró ofendido.

—Cállate que yo soy el hermano mayor.

Enzo asintió, claro como el siempre estaba de acuerdo con Juli.

—¿Quién dijo? —reí, burlona.

—Tú mamá.

Me quedé callada, porque si era cierto.

El chófer puso música y dio la casualidad de que comenzó a sonar Mienteme de Tini. De Paul, que estaba inmerso en su celular, se puso completamente rojo cuando Enzo, Nico y Juli comenzaron a cantar a todo pulmón, claramente burlándose del pobre Rodri.

Éste iba ser un viaje largo.

. . .

Bueno, no fue tan largo. Entre canciones de Tini, risas y trafico, el trayecto duró como quince minutos. La camioneta ingresó a un estacionamiento privado de un restaurante que se llama Tatel Doha. Parecía muy elegante y exclusivo.

Rodri fue el primero en bajar y le seguí yo, cansada de las piernas de mí hermano. Cuando todos bajamos, caminamos dentro y ya casi todos los jugadores y sus familias estaban aquí. Vi a Emi en una de las mesas, riéndose en compañía de Leo, Sergio y Anto que ésta vez tampoco trajo a los niños. Ya era tarde después de todo.

Esperé a Juli y a Enzo para buscar alguna mesa. Al final, como buenos argentinos que éramos mandamos unir todas las mesas, de éste lugar tan elegante.
El restaurante era muy bonito, con un diseño lujoso y minimalista. Estaba reservado únicamente para nosotros asi que no había nadie en las otras mesas.
Había un buffet con comida deliciosa que humeaba y se oía música en inglés. Había una pista de baile y hasta un escenario para hacer karaoke. Eso sería interesante.

—¡Jaz, acá! —Anto elevó su mano y me despedí de mí hermano para caminar hasta Antonella. Ella me recibió con un beso en la mejilla.

—Hola —saludé tímida— Leo, Kuni.

—Hola Jaz —Leo sonrió educadamente, abrazando a Anto de la cintura.

—Jaz, uníte a la conversación —me senté al lado de Sergio y evité la mirada de Emi, por el momento. No quería parecer demasiado emocionada por estar cerca de él.

—¿De qué hablan? —quise saber con una sonrisa.

—De lo buen arquero que es el dibu —comentó Kuni, bebiendo de una copa de cerveza— Ya, pero con esas manos también, no podes tener todo grande boludo.

Emiliano se rió, nervioso y sonrojado. Era adorable.

—Deja de ser un pelotudo —negó y también le dio un trago a su cerveza.

El mesero comenzó a traer más alcohol, yo decidí que por ésta noche tomaría. Necesitaba eliminar el estrés de mañana por lo menos en la última noche. Así que cogí un vaso y me serví la mitad de una botella, comenzando a tomar.

Fugaces | Dibu Martinez (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora