Cap 13.- "Nadie es Inocente"

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Lo sabía, sabía que matar o maltratar a un animal no era bueno e incluso yo tenía un gato al que amaba más que a mi propia hermana, sí ambos sabíamos lo que estaba mal, pero a ninguno de los dos nos importaba realmente.

Los días pasaron y yo no dejaba de pensar en lo que había visto, desde ese día estaba muy atenta a Dominik y le seguía siempre que se internaba en el bosque ya que odiaba estar en casa y más odiaba ver andado por los patios al enorme perro que le habían regalado a mi hermana, esa bestia correteaba a mi amado gato cada que tenía oportunidad y yo solo pensaba en degollarlo de la misma manera en que Dominik había hecho con aquel zorro.

Una tarde después del colegio, estaba jugando en el patio con mi gato, era lo que me la pasaba haciendo la mayor parte del tiempo hasta que Dominik llegara, ese día mi hermana había dejado la puerta del corral de su perro abierta y este se escapó, corría por todo el patio y se dejó ir contra mí al ver a mi gato, me asusté... por supuesto que me asusté al ver a tremenda bestia correr hacia mí, mi primera reacción fue tomar a mi gato en mis brazos y salir huyendo hacia el jardín de mamá, pero eso fue un error...

El enorme perro me alcanzó con facilidad, mi asustado gato me rasguñó intentando huir y caí sobre las piedras que rodeaban los rosales, pero no lo solté y solo le abracé con más fuerza en un vano intento de protegerle... sí, fue en vano porque la maldita bestia tomó entre su enorme y fuerte quijada a mi gato por el estomago con tanta fuerza que en un abrir y cerrar de ojos lo abrió haciendo salir la sangre y provocando que los intestinos quedaran colgando, comencé a gritar cuando vi como lo zarandeaba como si fuera un trapo, mi gato ya estaba muerto y yo estaba bañada en su sangre lo que provoco algo en mi interior; una cerradura se abrió y la más grande ira que en mis seis años de vida había experimentado se apoderó de mí. Cegada por esa ira no me importo nada y me dejé ir en contra del enorme animal, pero la bestia ni se inmuto debido a mi poca fuerza empleada en los golpes impartidos por mis pequeños puños, el maldito perro seguía jugando y zarandeando el cuerpo del que había sido mi mejor amigo.

Guiado por mis gritos Dominik llegó a mí, cuando se percató de la situación, sostuvo al perro con fuerza alejándolo de mí, pero yo no estaba asustada, estaba enojada y no estaba dispuesta a perdonar a la bestia, por lo que le exigí a Dominik que me diera la navaja que sabía que siempre cargaba, él me miro por unos segundos, las lágrimas de dolor, impotencia e ira que salían de lo profundo de mi pequeño corazón de niña se deslizaban por mis mejillas, finalmente él me dio la navaja y sujetó al perro mientras yo lo apuñalaba una y otra vez, descargando toda mi furia sobre la maldita bestia hasta terminar con su vida.

Después de eso Dominik cargó el cadáver del perro y yo el de mi gato, nos internamos en el bosque donde los quemamos. Un rato después me eché a los brazos de mi hermano y lloré como no lo había hecho nunca. Ese día sentí como algo había cambiado completamente dentro de mí y le hice saber a mi hermano la excitante sensación que era descargar la furia matando, él lo entendió, realmente lo hizo.

Lo sucedido ese día quedó como un secreto de ambos y la extraña "desaparición" del perro y el gato fue un misterio que nunca se pudo resolver, fue doloroso perder a mi amado gato, pero también fue gracioso ver a mi hermana llorar por su asqueroso perro. A partir de ese extraño día Dominik y yo nos hicimos verdaderamente cercanos, entendíamos nuestro sentir, nuestros deseos y necesidades, pero ambos nos reprimíamos demasiado, tanto que dolía, pero al ser imposible contenerlo más ambos salíamos de "cacería" bajo el pretexto de que me llevaría al parque. Era fácil darse cuenta de que lo que hacíamos no nos satisfacía y ambos deseábamos matar más que simples animales, pero por supuesto que no lo hacíamos"

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Llego a casa y subo a mi habitación sin dejar de pensar en el pasado, en el hecho de que los dos teníamos miedo de que los demás supieran lo que en verdad hacíamos, pues al saber que no estaba bien, lo más seguro es que nos separarían y lo que más miedo me daba en el mundo era que me alejaran de él, no quería perderlo, no quería estar lejos de mi hermano, tenía miedo a perderle y a perderme a mí, sabía que sin él no podría resistirlo y me sería imposible contenerme más, pero pasó, él se fue, me dejó, le perdí dos veces, la primera logré de manera obligada y algo dolorosa reprimirme y contenerme, pero la segunda... la segunda me fue imposible.

Beso Letal (18+)On viuen les histories. Descobreix ara