-Del otro lado, como siempre, tenemos a Zeus, Hades y Deméter. Tres hermosos y mortales Dioses, bellos y buenos en lo que hacen. Nuestros Pastores Belgas preferidos. Así que, mi querido público -hablaba energéticamente, casi gritando a pesar de tener en su posesión un megáfono -, ¡hagan sus apuestas!

El muchacho estaba parado encima de la jaula gigante dentro de la cual estaba el peliverde, sobre un trozo de cartón. El pecoso se movió a duras penas hacia el borde de la jaula e intentó hablar con el chico de arriba, pero al poner su mano en uno de los barrotes recibió una pequeña corriente eléctrica que de no ser por sus reflejos le habría achicharrado, pero de igual forma algo aturdido le dejó.

Los vítores eran abrumadores, e Izuku aún se encontraba confuso y un tanto mareado, ahora sumemos asustado y con dolor de barriga. Su sentido del gusto siendo atacado por el mal sabor de boca que tenía por haber vomitado antes dejó de ser su prioridad cuando sus oídos escucharon una oxidada reja ser abierta. Dirigió su atención allí, comenzaba a entender de qué iba eso.

Salió un perro, bastante grande y con un ojo tuerto. Tenía el corazón en la boca, se sentía como si estuviera en el coliseo romano, donde los gladiadores a veces luchaban contra feroces leones. Solo que él no era un gladiador, y aquel perro no era un cachorro precisamente, imponía, casi tanto como un león.

»-Tendrás dos minutos antes de que salga Hades, así que tú decides qué hacer, si matar o ser matado en ese tiempo, porque claramente contra ambos a la vez no podrás.

Se mantuvo quieto, el can igual, ninguno se movía. El animal en posición de acecho, Deku en posición de que se cagaría encima pronto. Apenas vio que hizo amago de mover las patas delanteras y correr hacia él, se recompuso y puso sus piernas firmes.

La que suponía era Deméter corrió a él a una alta velocidad que por un momento lo dejó inmovilizado de la impresión. Al estar cerca de él la perra, se apartó dejando que se estampara directamente contra los barrotes electrificados, quedando aturdida y lloriqueando luego de semejante descarga.

-¡Por favor, sáquenme de aquí! ¡Se están equivocando de persona, yo...! -el mensaje de Katsuki llegó a su mente y se percató de que no poseía su celular.

-Eso dicen todos ¡Deméter está fuera de combate, que salga Hades!

-¡No, espera!

El perro que salió esta vez era un tanto más alto y atlético que la anterior, a este le faltaba un colmillo e igual tenía cicatrices por todas partes. Intentó aplicar lo mismo que con Deméter, pero no tuvo efecto debido a que pudo detenerse antes de llegar a la reja.

El animal lo alcanzó, mordiendo el short que traía y quedando prendido de él, se le veía bastante molesto y dispuesto a matar. Decidió quitarse la prenda y huir de él, intentado de nueva cuenta la estrategia anterior sin éxito.

Corrió durante casi un minuto por toda la jaula, cambiando bruscamente su rumbo cuando el canino estaba cerca de atraparlo. Gritaba desesperado y estaba al borde del llanto. Todo rojo y lleno de sudor, en calzones y con algunos arañazos en su muslo por el roce de los colmillos del perro cuando lo alcanzó antes.

Vio el short al otro lado del pequeño lugar y se dirigió hacia él, a por el cuchillo que se había salido del bolsillo y ahora estaba a tres metros de distancia. Lo agarró y cayó de culo al piso, por ende, obtuvo buen ángulo para apuñalar al perro en la pata izquierda. El animal ahora cojo no podía seguir el ritmo de los corretajes del pecoso, no paraba de sangrar y chillar cada que apoyaba la pata herida.

Para asegurarse un poco más, hizo un corte también en la pata de Deméter que aún permanecía tirada en el suelo.

-¡Esto es impresionante señores! ¡Nunca antes habíamos visto algo de este calibre! -el hombre sobre la jaula hablaba emocionado -Debido a que nunca habíamos llegado a este punto, nos tomaremos un descanso de cinco minutos para retirar a Deméter y Hades de la jaula, y así harán ustedes sus apuestas por Zeus o el asombrosamente competente Itsusu.

El Asesino De Mi Inocencia [KatsuDeku]Where stories live. Discover now