—Vaya... —dijo asombrado, mirando el tinte en sus manos y luego a mí— Ahora me da curiosidad saber cómo te verías al natural.

Reí divertida, porque incluso yo había olvidado cómo me veía. Hace años me teñía el cabello, una vez empecé ya no podía parar. Cuando entras al negro nunca más puedes salir.

El día de hoy nos habían cancelado las clases para permitirnos organizar el instituto para el baile, aunque calro que yo no movería ni un dedo para ello cuando estaba lidiando con problemas emocionales más grandes. En cambio, JiMin vino a mi casa como ya habrán notado, y juntos íbamos a prepararnos para llegar al instituto tan solo unos minutos antes del comienzo del baile. Esto me era muy útil porque su madre le prestó el auto a JiMin para llevarme e ir juntos más cómodos. Mamá y papá no podrían llevarme porque aún estarían trabajando para cuando yo me fuera de aquí.

De todas formas, la presencia de JiMin también me sirvió de ayuda para mi cabello. Siguió al pie de la letras las instrucciones que venían con los productos para el tinte y debo admitir que se vio gracioso, ya que todo lo hacíamos estando yo sentada frente al espejo, haciéndolo parecer una tarde de peluquería. Por supuesto que aproveché el momento para sacarle fotos mientras estaba distraído.

Cuando estuvo todo listo, según JiMin, y ya podía enjuagar mi cabello para lucir un renovado y brillante negro, fui a darme una ducha mientras JiMin hacía lo mismo e el otro baño.

Todo el proceso se sentía eterno, porque debía secar y planchar mi cabello. Tenía planeado atarlo y en el momento de la presentación dejarlo suelto. Por supuesto que JiMin también me ayudaría con eso.

—Oye, ¿me viste cara de estilista? —se quejó ya cuando estábamos ambos frente al espejo otra vez, sosteniendo él mi secadora en una mano y un cepillo en la otra.

La verdad que así sí tiene pinta.

—No te quejes, yo pagué la pizza. —le eché en cara mientras tomaba una porción de esta y la soplaba antes de morder.

—Pesada.

Y luego de eso él dejó de quejarse, hizo silencio y comenzó a secar mi cabello al mismo tiempo que lo estiraba con el cepillo para deshacerse de las ondulaciones que podrían estorbar a la hora de plancharlo. Y yo lo disfrutaba, porque no hay nada más molesto que el calambre que quedaba en mi brazo después de sostener la secadora por tanto tiempo.

Ya cuando veía mi imágen con el resultado final, JiMin detrás de mí hundía sus dedos en la base de mi cabello para sacudirlo  generando un poco de volumen y movimiento en este.

—¿Señor no esilista? —me reí al verlo tan concentrado en el detalle de cada mínimo pelo de mi cabeza.

—Es para que no lo hagas tú y lo llenes con tus manos aceitosas por la pizza, tontita. —se excusó inútilmente. Yo sé que le gustó y está orgulloso de su obra como estilista.

—Como digas. ¿Qué hora es? —se alejó de mí, no sin antes tomar un trozo de pizza, y mientras la comía fue hasta su celular que dejó cargando a un lado de mi cama. Por otro lado, yo veía sonriente mi imágen en el espejo, feliz de tener a mi buen confiable negro conmigo.

—¡Maldición, Cleo June! —el grito de JiMin me alteró— Tenemos solo treinta minutos para terminar e irnos.

—¿¡Treinta!? —brinqué en mi asiento sorprendida— ¡Pero aún no me maquillé!

—Pues hazlo. Apúrate mientras yo voy a cambiarme. —dijo abandonado el lugar para vestirse en el baño.

Oh, Dios. No puede ser. Tardo siglos para delinearme los ojos.

bad boy ━━ [#1] jeon jungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora