𝐓𝐨𝐫𝐚 𝐲 ________

Start from the beginning
                                    

Huwag kang mainggitin —lo abracé de regreso poniendo su cabeza en mi pecho y acariciándolo como si fuese un bebé—, tinatanggap lang kita. —cual niño mimado hizo un puchero y dejó de mirarme para mirar completamente enojado al tatuado.

¡Nakarating muna ako! —parecía gato enfurruñado y solo podía contener las ganas de reír.

Huminahon si Izana. —Kakucho intervino halándolo de la camisa. No pude aguantar la risa al ver la cara de confundido de South.

—Oigan, oigan… solo entendí que le dijeron a Izana que no sea celoso. —se metió Shion abrazándome del cuello, sabía que estaba buscando mimos así que le acaricié el cabello.

—Hola papá —el fósil se acercó y me dejó un abrazo—. Gracias por esperar.

—Estás tan linda —me abrazó conteniendo las ganas de llorar—. Te extrañé tanto pero no podía presionarte.

—Yo también te extrañé —sonreí separándome del abrazo—. Aunque me van a tener que extrañar un poco más. Tengo que ir a ver a alguien.

—Dime que no es Kazutora. —pidió Izana mirándome con ojos de cachorrito.

—No es Kazutora —mentí y me miró entrecerrando los ojos, por más que haga eso nunca va a saber si miento o no—. De todas formas, ayúdenme a llevar eso a la casa.

Señalé algunas cajas de cartón que había dejado el chofer en silencio, cuando regresamos a ver ya no estaba el coche. Entre risas y empujones los llevamos adentro. Era comida, golosinas, ropa y juegos para consola. 

Ay, a veces si me pregunto si debería aceptar a Kyojuro, luego recuerdo que si quisiera pudiera hacer un clan Yakuza yo misma y se me pasa.

Al acabar salí a ver cómo estaba mi carro y noté que tenía una capa de polvo. Hice una mueca de asco al ver eso, en la tarde lo voy a dejar en un lavado de autos si no me olvido.

Me subí al Volkswagen y me dirigí a la casa de Tora. Al llegar estacioné frente al edificio y subí al departamento donde vivía él y su mamá.

Suspiré nerviosa, había hablado con Tora por mensaje pero no había tenido el valor de verlo luego de que me enteré que estaba en el hospital por una agresión. Él junto a Mitsuya y Smiley habían sido atacados por Yotsuya.

Golpeé la puerta con cuidado y escuché decir que ya abrían. Cuando la puerta de pino fue abierta vi los ojos dorados de Tora directamente.

Antes de que siquiera pueda decir «Hola» me besó. Era un beso necesitado, uno que transmitía demasiado cariño y que por lo rápido que fue no pude reaccionar al instante.

Me tarde dos segundos antes de enredar mis dedos en su cabello por la parte de atrás de su cabeza. Me tomó de la cadera y me apegó a él. Cuando menos me di cuenta me levantó por lo que enredé mis piernas a su cadera para evitar caerme. Escuché la puerta cerrarse y luego sentí como me recostaba de espalda en el sillón.

Nos separamos solo unos milímetros, aún con los ojos cerrados— Me hacías tanta falta —lo escuché susurrar sobre mis labios dejando un beso sobre estos, uno más calmado—… tanta falta.

Se recostó sobre mi escondiendo su rostro en el hueco entre mi cuello y hombro. No tardé en sentir las lágrimas humedecer mi piel.

¡Banda, nos doxearon! [Tokyo Revengers]Where stories live. Discover now