Trato con el espíritu

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"¡Y yo te mataré al cuadrado!"

Exclamó Clay arremetiendo contra él y siendo esta vez quien daba los golpes, iban a continuar con su estúpida pelea de niños pequeños si no fuera porque finalmente algo apareció para interponerse

"Oh Dios..."

Dijo el peli rubio sorprendido viendo las puertas de aquel local abrirse mientras asfixiaba a su amigo en el suelo. Una luz celestial salió de las puertas de aquel edificio, en medio de esta luz, había una silueta oscura con la altura y forma de un niño, la oscuridad que reflejaba su cuerpo lo hacía irreconocible, pero evidente cual era su identidad, era él, definitivamente era él, era el que tanto estaban buscando

"¡Evan! ¡Al fin apareces! ¡Gregory y yo-!"

Repentinamente, la luz celestial proveniente del local se esfumó, desvelando la verdadera apariencia de la silueta, siendo esta, para sorpresa de nadie, el propio Evan, solo que con unas vestimentas un poco... Distintas

"¿Y ahora qué demonios queréis? ¿Por qué habéis interrumpido mi sueño?"

Preguntó él con cansancio mientras se frotaba uno de sus ojos con el puño cerrado. Pero para la sorpresa del espíritu, aquellos dos chicos, lejos de demostrar el mismo respeto y miedo que le mostraban el primer día que se conocieron, comenzaron a reírse ahí en medio sin detenerse

"¡Jajajajajajajaja! ¡Oh por Dios! ¡Me muero!"

Dijo Gregory entre risas mientras se revolvía en el suelo como una gamba. Por razones obvias, la primera reacción del espíritu fue la de confundirse

"No entiendo... ¿Por qué os reís?"

Preguntó Evan confundido por su reacción repentina, no fue hasta que uno de los dos le señaló su ropa que él se dio cuenta de por qué se reían

"¡Jajajajajajaja! ¡¿Qué clase de pijama es ese?!"

Exclamó Clay a punto de morirse por la risa viendo el pijama de Freddbear que llevaba Evan en ese momento. No sabía que le daba más gracia:

Si el propio pijama

O el hecho de que el alma de un niño muerto llevase uno porque sí, sin razón alguna

"¡Maldición! ¡Fui con tantas prisas que se me olvidó cambiarme!"

Pensó el muchacho avergonzado, sonrojándose por las incontables risas que habían provocado su pijama. Y tras unos minutos en los cuales deseaba con toda su alma que la tierra se lo tragara, su expresión de vergüenza se convirtió en una de enfado e ira

"¡Parad de reír! ¡Todos hemos llevado un pijama alguna vez!"

Exclamó él cansado de aquellas risas, y al ver como sus palabras no sirvieron de nada, decidió hacerlo por las malas. Usando su telequinesis, levantó a ambos niños en el aire y comenzó a ejercer presión en sus cuerpos, provocándoles un ligero dolor agudo y muy insoportable

"Vale, vale, paramos ya, ¡pero suéltanos ya por favor!"

Pidió Gregory en el aire siendo aplastado por aquellos poderes sobrenaturales, cesando por completo el sonido de sus risas. Ya habiéndose terminado, el Afton terminó calmándose, dejando a ambos niños en el suelo

"Bien, ahora expliquen, ¿por qué habéis interrumpido mi sueño?"

Preguntó Evan más calmado y tranquilo

"Ah, sí, es verdad, tenemos que pedirte algo..."

Dijo Gregory acercándose a él para hablarle sobre su efectivo plan, completamente convencido de que Evan lo aceptaría

...

"Ni de coña"

Respondió el espíritu tan solo 2 segundos después de escuchar su pedido

"Por favor..."

Pidió nuevamente Gregory de rodillas y haciéndole el símbolo de rezo con las manos, también haciendo cara de niño bueno para ver si se apiadaba tan siquiera un poco

"No"

Repitió él con firmeza

"Porfa"

Pidió nuevamente a punto de llorar

"¡He dicho que no, joder! Ya deja de molestar"

Respondió Evan manteniendo su respuesta, y sin más ganas de continuar dicha conversación, el espíritu decidió darse la vuelta para retirarse de ahí, pero cuando llevaba solo unos metros recorridos, la mano del castaño sujetando su pie lo detuvo momentáneamente

"Por favor... Haremos lo que nos pidas"

Pidió el castaño con lágrimas en los ojo, a lo cual, Clay, ni lento ni perezoso, intervino en el lugar igualmente

"¡Te regalaré un teléfono de juguete!"

Exclamó el chico pensando que quizás eso sí podría funcionar, y sorprendentemente, dicha oferta captó la atención del espíritu

"¿Qué cosa dijiste?"

Preguntó aquella alma con interés por su propuesta

"Te... Regalaré... Un teléfono!"

Repitió el peli rubio. Y afortunadamente, aquello fue una oferta que Evan terminó por aceptar

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