CAPÍTULO 33.- tercer fragmento

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Jessy miraba la pantalla de su celular prendida, con la llamada de su madre ingresando incesablemente.

Se miró al espejo, estaba en la recámara secreta dentro del closet de su habitación en la mansión de la manada francesa. Como le había dicho el señor Jaime, estaba resguardada y cuidada como si fuera a escaparse.

El tío de Bael ya empezaba a sospechar de ella, lo podía sentir, estaba más cerca del precipicio, tal vez ella misma debería saltar.

Se miró en el espejo, se había quitado las lentillas porque le estaban lastimando por pasar tantas horas sin ponerse el líquido especial para que no ardiera.

Sus ojos violetas la saludaban desde su reflejo, tan hermosos como abominables. También se había quitado el maquillaje.

Otra llamada ingresó y Jessy se llevó las manos a la cabeza para sujetarse el pelo con fuerza.

Contesto la llamada.

—¡¿De verdad eres la mate del hijo de ese bastardo?! —escucho la voz de su madre por la línea.

Por supuesto, su madre debía tener aún infiltrados ocultos en la isla.

—Si —solo atinó a decir Jessy cansada de toda la situación.

Silencio absoluto por un minuto, hasta que Elizabeth volvió a hablar.

—¿Cubriste a Kerim verdad?

—Si, aunque no se si lo dejaran estar aquí por mucho tiempo.

—Correcto, cambio de planes —dijo Elizabeth con frescura—. Tendrás que aceptarlo, pero no dejes que te marque.

Jessy golpeó la mesa con sus puños y con su cabeza. Horrorizada con la facilidad que tenía su madre de manejar su vida a su antojo.

—¿Qué piensas hacerle? —pregunto con temor.

—No tendrás que esforzarte mucho por enamorarlo ya que son mates, será el mismo plan que teníamos con el hijo del Rey, lo enamoraras y lo manipularas para que nos de todo tipo de información —ordenó Elizabeth—. Cuando llegue el momento de atrapar al angel, lo rechazaras, así lo dejaras lo suficientemente herido y tendremos a un demonio menos contra nosotros.

—¿Rechazarlo?

—No te preocupes, ya encontraré la manera de que puedas debilitarlo lo suficiente para que no ponga resistencia a la hora de hacerlo —dijo Elizabeth—. Será al primero que matare a penas lo rechaces, no dejaré que ningún demonio asqueroso se una a mi hija.

Jessy quería morirse en ese momento.

Escapar de todo ese suplicio de una vez por todas.

—Recuerda que no debes dejar que te muerda por ninguna razón, si lo hace será imposible desvincularse —seguía Elizabeth—. Tienes que ser fuerte hija, sé que debe ser un horrible estar siquiera cerca de ese ser asqueroso, pero tienes que hacerlo por tu padre, ya sabes que en tus manos está su recuperación.





HEIRS OF THE RISING KINGDOMWhere stories live. Discover now