21. Ella

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HYUKJAE

El barco se detuvo frente a los muchos pares de ojos que se encontraban en el muelle. Estaba allí toda la manada, excepto los enfermos, los curanderos y la familia de Amy.

Él se encontraba en primera fila, esperando a que su padre bajara para saludarlo como debía.

Donghae estaba mucho más atrás. Se había quedado apoyado en un árbol con los brazos cruzados, ya que se negaba bajo ningún concepto a recibirlo con alegría. Después de todo, lo único que el omega sentía por esa llegada era una profunda decepción.

Lo sabía porque él sentía exactamente lo mismo. El problema era que él no podía demostrarlo.

Y después estaba Kyuhyun.

Su amigo se encontraba a un lado entre el montón de gente, con la mirada clavada en el suelo. Después de unos segundos de parálisis, Kyuhyun solo les había pedido que fueran al muelle y se había perdido entre la gente sin decir nada al respecto. Podía imaginar qué era lo que pasaba por su cabeza en aquel momento. Si él viera a Donghae besándose con otro, estaría muy enfadado.

—¡Por fin! —Tara se colocó a su lado, junto a Gabriel, Landon y Ayla. Donghwa no estaba, pero se controló para no girarse a buscarlo.

La miró con una mueca que no intentaba ser una sonrisa, pero que ella interpretó como tal. Se sintió mal por estar enfadado con su mejor amiga. Pero no peor de como se sentía por estar enfadado con su padre.

Durante dos décadas y media Hyukjae había tenido a su padre en un altar. Por mucho que le gustara leer sobre el exterior, la isla siempre era más importante. Por mucho que pensara que ciertas normas carecían de sentido, la palabra de su padre siempre era más importante. Por mucho que odiara la idea de casarse, su deber siempre era más importante. Y nunca le había molestado, porque había crecido sabiendo que debía dejar atrás todos esos pensamientos infantiles si quería ser un buen Jefe.

Pero desde hacía un mes sus esquemas habían empezado a cambiar. Poco a poco, sus prioridades se habían movido de lugar en la lista. El niño que leía a escondidas en la biblioteca, preguntándose por qué no había nacido en el mundo de los betas, estaba volviendo a aparecer.

Y ese niño ya no era descubierto por su madre y llevado en brazos hasta casa antes de que su padre se diera cuenta. Ya no se reía con la cara metida en su cuello. Ya no se llevaba un dedo a los labios mientras ella le hacía cosquillas. Ya no veía a un hombre de pelo negro y sonrisa de encías aparecer por la puerta mientras les preguntaba qué era tan gracioso y se enfadaba porque no se lo querían contar.

Lo que veía ahora era a un hombre con el cabello lleno de canas y los labios apretados. Un hombre enfadado, triste y arrogante.

La plataforma tocó el suelo. Apretó los puños con fuerza, controlándose para no apretar también la mandíbula. Quería volver a su habitación y estar otra vez metido bajo el jersey de Donghae, sin pensar en nada.

—¡Lo veo! —exclamó Tara. La vio correr hasta su hermana y tirar de ella para que ambas fueran lo primero que el padre Yaman viese al bajar.

Gabriel rio a su espalda.

Tomó aire y logró relajarse antes de que una mano se posara sobre su hombro.

—Bienvenido de vuelta, padre. ¿Qué tal ha ido el viaje?

—Ha sido muy agradable —respondió—. La familia de Hyoyeon está encantada de que mi hijo sea su prometido.

—Qué bien...

—¡Hola, mis niñas!

A tan solo unos pasos de ellos, el padre Yaman intentaba abrazar a sus dos hijas a la vez. Cuando acabó con ellas, tomó al bebé en brazos y lo sacudió mientras este reía a carcajadas. Al darse cuenta de que lo observaba, el hombre se llevó una mano al pecho para saludarlo. Respondió.

Selvaggio (PAUSADA) [EunHae - Omegaverse]Место, где живут истории. Откройте их для себя