Siempre Tú [RESUBIDA]

Capítulo 16.

Lorena

-No grites, que la vas a despertar -ordena Dani en un susurro, haciendo que sonría levemente sin abrir los ojos.

-Que te calles ya, que tiene que despertarse -ríe Jesús de vuelta-. Llegamos en cinco minutos al hotel. ¡Lorena!

-Qué bestia eres -susurra Lucas poniéndome una mano en la pierna-. Lore, despierta, anda, que ya hemos llegado.

Abro los ojos de mala gana, sin levantar la cabeza del hombro de mi mejor amigo, para mirar a mi novio y a su hermano en los asientos de delante con una mueca.

-Sois súper pesados -me ofendo poniendo mi mano sobre la de Lucas-. De verdad, lo peor.

-Llegamos -anuncia mi madre antes de que nadie pueda contestar-. Escuchadme bien -ordena mirando a los gemelos, que observan asombrados la cantidad de fans que rodean la furgoneta-. Vamos a entrar por el garaje del hotel, no quiero ni una sola tontería. Cuando lleguemos a recepción, quiero que salgáis ahí fuera y esteis un rato con todas esas chicas. Haceos fotos, firmad autógrafos, sonreíd y hablad con ellas. Demostrad que sois los artistas más cercanos, cariñosos y agradecidos del país, ¿entendido? -explica de carrerilla, por lo que asienten en silencio-. Bien, Lucas y Juan Carlos, salid con ellos y mantened un orden. Lorena, te quedas dentro conmigo.

-Espera, ¿por qué? -me molesto cuando la furgoneta entra en el garaje.

-Porque eres la novia de uno de los gemelos, y la gente lo sabe. Te quedas dentro.

-Pero, mamá...

-No hagas que me arrepienta de haberte dejado venir.

-Es por seguridad, Lore -susurra Lucas mientras todos bajan del vehículo-. Haz caso a tu madre, no sabes la cantidad de fans psicópatas que harían lo que fuera con tal ver a Dani soltero.

-Pues verás que contentas se ponen cuando se enteren de que el otro Oviedo también está pillado -susurro de mala gana.

Subimos a recepción y, mientras ayudo a mi madre con el checkin, los chicos salen a atender a todas las seguidoras que han venido a acosarles a la puerta del hotel. Casi dos horas después, mi madre les dice que vuelvan dentro y nos reencontramos con ellos en la misma recepción.

-Qué locura -susurra Jesús limpiándose el pintalabios que tiene en la mejilla-. Me encanta, pero es agotador.

-Atended -ordena mi madre con autoridad-. Jesús y Daniel vuestra habitación es la 314, Lucas y Lorena compartís la 315. Juan Carlos y yo tenemos dos individuales en la cuarta planta.

-¿No es mejor que yo comparta la habitación con Jesús? Quiero decir... -duda Lucas tocándose la nuca.

-No, los gemelos juntos -contesta con una sonrisa-. Subid a ducharos y a poneros la ropa de hoy. Quedamos a las nueve aquí para cenar.

Todos asentimos en silencio y nos encaminamos hacia el ascensor.

-¿Es siempre todo tan extricto? -me asombro cuando entramos los cuatro y mi madre y Juan Carlos esperan otro.

-No, tu madre trabaja diferente a los representantes que hemos tenido hasta ahora -contesta Jesús-. Pero, sinceramente, lo prefiero. Tiene todo controladísimo, prefiero que nos digan qué hacer, cuándo y cómo, a tener que buscárnoslas nosotros y arriesgarnos a cagarla.

-¿De verdad vas a dormir con Lucas? -susurra Dani dándome un abrazo cuando llegamos a la puerta de nuestras habitaciones-. Maite no tiene por qué enterarse...

-Estoy de acuerdo -le lleva la razón mi mejor amigo metiéndose en la habitación 314-. Duermo con Jesús.

-Paso de discutir -suspiro entrando en mi habitación-. Voy a ducharme.

Daniel

-Lore, ven a peinarme, anda -ruego acercándome a la cama sin camiseta.

Sonríe y se levanta para darme un beso y encaminarse al baño .

-Te quiero -sonrío besándola de nuevo-. Mucho -afirmo en un susurro.

-Yo también te quiero -susurra mordiéndose el labio inferior-. Quédate ahí quiero -ordena colocándome frente al espejo.

-¿Dónde vas con eso, Lore? -me asusto al ver cómo enchufa la plancha.

-Voy a plancharte el flequillo -ríe, haciendo que niegue con la cabeza-. Confía en mí, rey, que no te voy a quemar y vas a quedar guapísimo -sonríe antes de besar mis labios y subirse al bidé.