Capítulo 7

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MIRIEL

Miriel odiaba esperar, pero no tenía otro remedio. Según el duque le llevaría unos dos días llegar al castillo desde allí y aún faltaban dos semanas para que pudieran marchar. Por supuesto, el hombre había aceptado su propuesta y la joven sabía que guardaría silencio.

Se estaba quedando en la posada, intentando ignorar el hecho de que estaba desobedeciendo, de nuevo, a Drila. La jugada le había salido redonda, pero iba a adentrarse en una fortaleza de oscuros secretos y enrevesados pasillos. Era la idea inicial, pero no la manera.

Por muy orgullosa que Miriel pudiera ser tenía que aceptarlo: no sería fácil acabar con el rey. Sin embargo, las diferencias entre el duque y el hombre que más odiaba la joven, le habían dado a esta otra idea: puede que hubiera más nobles en contra de su soberano, puede que esas celebraciones sólo estuvieran allí con el propósito de acercar más su propia corte a él... Quizás a la bronceana eso pudiera beneficiarla.

A pesar de todo, era ella quien ahora se sentía espiada. El duque había tenido que marchar con Kalon, mientras que el chico de ojos oscuros, Dusan, se había quedado para acompañarla. Así que Miriel tenía que fingir que no era ninguna amenaza para la nobleza, aunque cada vez que sentía el olor del chico, canela mezclada con enebro, le daban ganas de rasgarle la garganta.


¡Hola lectorxs! Este capítulo es bastante cortito, pero espero que hayáis disfrutado de él. 

Promesas de PlataWhere stories live. Discover now