Capítulo 5 "Confianza Perdida"

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Para mi fortuna al día siguiente tomaría el primer vuelo a Estados Unidos, Jang iba conmigo, él era mi hombre de confianza, el único. Era más grande que yo y experto en estos negocios, fue quien me "entrenó" cuando mi Padre me ordenó entrar a su organización. Cualquier duda que tenía él me ayudaba. Con él a mi lado sentía mi confianza crecer. Mi padre lo mandó hace seis meses a España pero ahora ya había terminado sus deberes ahí y estaba a mi entera disposición.

Después de varias horas en el avión, nos encontrábamos en Estados Unidos. Sin perder tiempo nos dirigimos hacia el establecimiento, era pasado de medio día.

Al llegar le pedí a Jang que buscara a Nana, para tratar "asuntos de negocios". Aunque sospechaba que él ya tenía una idea de que "negocios", me conocía muy bien.

Lo esperaba en la barra sentado justo frente a donde ella se puso aquel día.

—No se encuentra con las chicas, joven —me informó Jang al llegar—. Me dijo Dafne que tenía un cliente en la habitación cinco.

Lo escuché con atención. Un cliente a estas horas era extraño y además ¿Cuándo es que se puso a trabajar con los clientes? Yo no di órdenes de eso, seguía pensando que se encontraba en la barra sirviendo bebidas.

—Averigua quien la cambió de puesto —le pedí a Jang levantándome.

Apresuré mi paso rumbo al número de la habitación que dijo Jang, estaba furioso por lo que habían hecho. Aunque en el fondo sabía que tarde o temprano eso sucedería. Lo que daba rabia era que no lo sabía, pero suponía que quien lo había ordenado era mi padre.

Al estar frente a la puerta estaba a punto de regresarme y echarme para atrás. Al final ella había venido aquí para eso y yo no debía de entrometerme tanto en su vida. Pero algo me decía que debía hacerlo, esa chica seguía importándome y mucho.

Giré la perilla para saber si estaba con seguro o no. Afortunadamente no lo estaba. Al girarla, abrí la puerta lentamente preparándome para una escena que no me agradaría.

Al quedar un espacio en la puerta y poder asomar un poco mi rostro, no sabía si sentir alivio o preocupación. Ahí no había nadie. Llegué a pensar que tal vez Dafne se había confundido de número y estaba en el equivocado.

Cuando estaba a punto de cerrar, la puerta del baño se abrió mostrándome a quien deseaba tanto ver. Nana salió del baño con su short y top negro pero su cabello suelto. Me miró e intentó caminar hacia el frente pero sus pasos eran descoordinados y se tambaleaba. Creí que caería al piso así que me apresuré y la sujeté de la cintura. Mis manos tocaron su piel descubierta y mi sangre comenzó a calentarse.

—Eras tú —dijo casi en un susurro—, no sé si sea bueno o malo —sonrió y me tomó de la camisa para mantener el equilibrio.

No olía a alcohol pero pareciese como si estuviera ebria. Opté por recostarla en la cama así que la ayudé a caminar hasta ella. Justo cuando estaba por girarla para sentarla se tambaleó y ambos caímos, ella sobre la cama y yo encima. Nuestros rostros quedaron muy juntos y comencé a sudar.

La miré detenidamente cada rasgo, sus ojos, su nariz, sus labios y confirmé que era ella, Jinah. Seguía cuestionándome ¿cómo es que estaba aquí, en este horrible lugar?

Según uno de mis hombres fue ese tal Alex quien la trajo, ahora más que antes deseaba conocer en persona a ese tipo ¿Qué clase de relación tuvieron? ¿Cómo se las ingenió para traerla? Eran muchas preguntas y pocas respuestas, mejor dicho nada.

Me distraje un momento en esos pensamientos hasta que los labios suaves y húmedos de Nana me regresaron a tierra. Me besaba mientras sus manos se enroscaban en mi cuello. Eso fue más que suficiente para que mi sangre terminara por hervir y mi libido aumentara.

COMPRADAWhere stories live. Discover now