XXVI

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Murmuró y este miro a la castaña tristemente, aun tenían sus manos agarradas.. Y el corazón de los dos se aceleraba con la mirada del otro, pero había confusión.. Mucha confusión..

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-¿Por qué me dices "lo siento"?-pregunto el moreno confundido.

-Es que me pones nerviosa, me estas agarrando las manos y literalmente te me estas confesando.. Claramente me voy a poner muy nerviosa-río por lo bajo y el moreno frunció su ceño.

-¿Sientes lo mismo que yo, verdad? Porque si no es así, no puedo creer que me haya confesa-...

La castaña lo había besado sin previo aviso haciendo que no finalice su oración de "arrepentimiento" las pupilas del moreno se dilataron como si ese beso fuera una droga, por otro lado el corazón de la chica estaba muy acelerado. Al sentir que Miguel había correspondido a su impulso sonrió a mitad del beso, algo que también hizo el moreno rato después.

-Te quiero-

Susurro el moreno al separarse de ella con una sonrisa en su rostro.

-También yo-dijo la chica por su parte.

Después de un rato hablando sobre temas triviales, se recostaron en una manta que había llevado Miguel aparte. Miraban las estrellas y tenían una sonrisa de oreja a oreja, ninguno de los dos sabía que les estaba pasando, sentían mucha adrenalina en sus cuerpos algo que ninguno había sentido antes. Y eso les gustaba.

-No sé si lo notaste, pero espere el momento exacto donde apareciera la estrella que tanto te emociona para confesarme-soltó rompiendo el silencio que se había fomado.

-¡No jodas!-dijo la chica riendo.

-En serio, si esa estrella no hubiese aparecido esto no hubiera pasado-río nervioso.

-¿No te ibas a confesar si evangeline no estaba presente?-se levantó para mirarlo mejor y el moreno asintió.-¡Ah! Me muero de amor

Esta se abalanzó hacia el moreno para abrazarlo como si de un peluche se tratase, el chico correspondió con ternura algo que Isabella sintió.

-Esto es tan loco-susurro miguel alejándose de Isabella.

-¿Por?-río.

-Porque.. Hace unos días, incluso horas antes estabas tratandome mal y diciendo que hasta me odiabas.. Ahora resulta que sientes lo mismo que yo-sonrió mirando el cielo.

La chica miró atentamente el perfil del moreno, y sentía que su corazón se aceleraba y una sonrisa aparecía inconscientemente.

-Cierto,mira que ya no te veo como un simio histérico

Soltó la chica haciendo que Miguel riera.

-¿Ah no?-la miro.

-No, ahora sos como.. Un oso, quiero abrazarte-dijo riendo-. Espera, ¿que mierda fue eso? Yo no abrazo, que asco.

Pendeja jodida Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz