° Nueve °

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A veces odiaba soñar.

Bueno, odiaba tener pesadillas, sin embargo, a veces tenía sueños frustrantes que aunque me gusten, no podía hacerlos realidad.

Y es que yo tengo una muy importante regla en mi vida: nunca, pero nunca ver a una amiga que me agrada como mujer.

Esa es la regla más importante de mi vida si quiero mantener una amistad con una chica: simplemente no verla con otros ojos y no tener segundas intenciones que puedan arruinar esa bonita amistad que quiero entablar.

Con Bea las cosas son simples: es mi mejor amiga desde hace mucho tiempo y cuando llegaron los cambios de la pubertad aún la veía como esa niña de ojos verdes que me incitaba a hacer locuras, y aún la sigo viendo así. Cómo dije antes, es como la hermana que nunca tuve.

Con Lyla las cosas también son simples, es la mejor amiga de la mía. Además de que cuando la conocí, sabía que era una chica loca. Me llamó la atención un tiempo, pero ella empezó a salir con Andy y todo desapareció.

Mis amistades con Lyla y Bea no se basan en mi regla. Ellas siempre serán la excepción, además de que las dos tienen novios.

Y, venga, sería demasiado extraño. Por mucho que lo intente, jamás consigo hacerme una idea de cómo sería estar románticamente con una de ellas, mi cerebro lo tenía bloqueado.

Pero con Hazel las cosas son distintas. A ella nunca la ví como una simple amiga y desde que la conocí, siempre a llamado mi atención. Sabe cómo retarme, como enfrentarme también y no es como las otras chicas que cada vez que mantengo el contacto visual por mucho tiempo se sonroja, con ella en cambio termino en una guerra de miradas que finaliza en risas.

Hay veces en que sí la veo como esa amiga con la que puedo bromear y divertirme. Y hay veces en que la veo como la mujer que es y mi cuerpo reacciona a ello.

Cómo anoche, por ejemplo, tenía esas inmensas ganas de tomarla de la nuca y besarla, de buscar el dominio sobre sus rosados labios, solo que me reprendí a mí mismo, me dije que es solamente mi amiga y que debo de verla como eso: mi amiga.

Pero, cuando uno quiere algo, la vida es tan de mierda que no te lo concede.

A veces caes mal, vida.

Cuando quieres mantener distancias de alguien, la vida se encarga de ponértelo siempre en tu camino. Cuando quieres hacer dieta, dejar la comida chatarra, la vida siempre se encarga de llevarte a la tentación. Cuando quieres olvidarte de tu ex, los recuerdos en redes sociales siempre te aparecen.

En mi caso, tuve un maldito sueño húmedo.

Joder, ¿Cuántos años tengo? ¿Catorce?

Mi sueño no fue nada explícito, pero lo que sí estaba bien en claro es que era Hazel la protagonista de él. Maldición, ¡Era Hazel! ¡Estaba ahí, en mi sueño, desnuda! Recuerdo con una exactitud tortuosa el cómo pude tocar cada parte de ella y sentirla contra mí.

En definitiva, la imagen que tenía que seguir de ella ya no está tan presente.

Para cuando bajé a desayunar a la mañana siguiente y la ví riendo con mi mamá y hermano, más que sentirme incómodo, me sentí impotente.

—Buenos días —saludo entrando a la cocina.

—¡Eh, Dan! —sonríe mi hermano.

—Buenos días, insoportable pelirrojo.

Hago todo lo posible por no mantenerle demasiado tiempo la mirada a Hazel. No quiero pensar justo ahora en ese sueño, tampoco las cartas que tuve que tomar en el asunto mientras tomaba una ducha.

Solo Me Importas Tú [Loved #2] ✅Where stories live. Discover now