° Dos °

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—Romeo, Romeo, mi querido Romeo, ¿Dónde estás que no te veo?

Agité los brazos en el aire.

—¡Aquí abajo! ¡No llego hasta allá arriba!

Hazel fija su mirada en mí con el entrecejo fruncido.

—¿Eres tú? Te imaginé más guapo.

—Y yo creí que tú, Julieta, veías mejor. Ambos nos llevamos grandes decepciones —meneé la cabeza, apretando los labios también.

Hay algunas risas de fondo.

Pasamos a la siguiente escena dónde se supone mi personaje debe de jurarle a la luna.

—Juro, amada mía, por los rayos de la luna que platean las copas de estos árboles...

—Que original, eh. ¡Jurar por la luna! No hagas eso, que en un rápido movimiento cambia de aspecto cada mes. No vayas a imitar su inconstancia, Romeo.

—Ah, pues, ¿Y por quién se supone juro?

—Dios. Por tu pierna —sugiere ella, haciendo gestos con sus manos—. No lo sé, Romeo. Pero sé más original.

Muerdo el lado interno de mi mejilla para evitar estallar en carcajadas. Dios, esta obra es una comedia entera. Por poco me estoy aguantando las ganas de reírme aquí.

La obra que estábamos ensayando para presentarla mañana es una adaptación de la clásica historia Romeo Y Julieta, pero con sus toques mejorados y llenos de comedia.

Practicamos las escenas antes de mi parte favorita de la obra: el suicidio de Julieta. En esta escena, cuando Angus, el actor intérprete de Paris, el otro pretendiente de Julieta y yo ya estamos más que muertos por estúpidos, nuestra versión de Julieta, demasiado bien interpretada por Hazel, vuelve mucho más cómica la trágica escena dónde su personaje se quita la vida.

Esta obra estaba llena de comedia absurda que no te paras de reír.

—Bueno, ahí te voy Diosito —dijo Hazel, haciéndonos reír a todos. Se acomodó muy tranquilamente en medio del escenario y como si se clavara una daga en el estómago dijo—: ¡Sangre! ¡Sangre! ¡Mucha sangre! Y, muerte —y cayó dramáticamente hacia atrás.

Todos rieron por la escena, adaptada de una película favorita de Sam, Zootopia.

—Increíble, chicos —sonríe nuestro profesor, subiendo al escenario y ayudando a Hazel a ponerse de pie—. Les a quedado muy buena su actuación.

—¡Qué va, profe! El mérito se lo lleva usted. El guión es pura originalidad suya —digo.

Nuestro profesor nos regala una sonrisa a todos.

—Es suficiente por hoy, pueden retirarse.

Volví al asiento dónde había dejado mi mochila hace unas horas cuando empezamos a ensayar. Los actores salimos del auditorio y los asistentes, los de utilería y detrás de bambalinas se quedaron acomodando el escenario y consultando algunas cosas con el profesor sobre la escenografía.

Es uno de los mejores de mi facultad, te enseña técnicas para lidiar con el pánico escénico, también para aprender guiones largos y sus clases siempre son entretenidas. Junto con el raro Desmond de improvisación se han convertido en mis maestros favoritos.

—¿Te parece si almorzamos? —propone Hazel, llegando a mi lado.

—Claro, andando.

Ambos nos dirigimos al plaza-boulevard, hablando de la obra y ensayando amenamente nuestras líneas, aunque el hambre no me permitía concentrarme mucho. Esos sandwiches del desayuno ya habían pasado a una vida mejor.

Solo Me Importas Tú [Loved #2] ✅Where stories live. Discover now