IV - Te Alcanza El Pasado -

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– ¡Quackity! ¿Estás bien?– La voz de Vegetta lo sacó de su trance e inmediatamente se puso nervioso, buscando en el suelo con la mirada, viendo ahí su característica máscara.

– Sí, sí, sí, sólo tuve problemas técnicos– Se apresuró en decir mientras la levantaba, pero ya era algo tarde para esconderse, Vegetta y Rubius ya se habían acercado lo suficiente para mirarlo.

– ¡Anda! Nunca te había visto sin la máscara– Replicó el oso, observando curioso el rostro del menor que estaba limpiando el lodo de su pertenencia. Sus orejas se movieron– ¿Eso es una cicatriz?

– ¿Eh? ¿Te lastimaste?– Angustiado, el de ojos morados quiso examinarlo, pero Quackity lo evitó con una sonrisa torcida.

– ¡No! No es nada. No te preocupes– Extendió su palma abierta para que el mayor no se acercara más y trató de tranquilizarlo al mostrarle una expresión simpática, lo que hizo al par verlo con más claridad, sorprendiéndolos.

– Pero, Quackity, ¿Qué te hiciste?– Fue lo único que pudo decir el castaño. A parte de que en todas las tres semanas que llevaban de conocerse, no pensó que el chico anduviera ocultando una herida así, era muy notable y realmente debió ser algo grave lo que le pasó para que una marca así lo fuera.

Suspiró– No me preguntes, llegué así desde el primer día, es todo– Se puso la máscara, asegurándola bien a su cabeza para que no se volviera a caer. Vegetta lo miró con empatía a lo que dijo.

– Oh, entonces ha de ser de tu vida pasada– Tocó el hombro del menor amistosamente, lo que hizo que le prestara atención– Está bien, Quackity. Muchos de nosotros también tenemos marcas de ella...– Titubeó y dijo entre dientes– Algunas más emocionales que físicas- Volvió a sonreír– Pero no es malo, aquí no juzgamos Le aseguró sabiamente, pero el mensaje fue opacado por los comentarios de Rubius.

– A lo mejor tu madre te tiró de pequeño, eso también explicaría que a veces eres algo tonto– Se rio y los dos lo miraron con fastidio, siendo el de gorro el que se lo tomó muy personal.

– ¡Chinga tu madre!– Le alzó el dedo medio y Vegetta tomó su mano entre las suyas y le dio palmaditas, conservando la paciencia.

– No le hagas caso, se ve bien– Lo soltó y exclamó orgulloso ¡Es como una cicatriz de batalla!

– Eeeeso es verdad– Se acercó el híbrido, al fin hablando en serio– Te queda guapa, deberías mostrarla más.

– Hm...– Fingió considerarlo, pero la verdad, su respuesta era más que clara– No gracias– Se dio la vuelta, dispuesto a seguir explorando y ponerle fin a la plática, pero Rubius no quería dejarlo así.

– ¡¿Pero por qué?! Ganarías más respeto con esa apariencia– Lo sacudió de los hombros para hacerlo "razonar" (en su opinión eso ayudaba), pero Quackity sólo lo empujó.

– ¡Ya, vieja castrosa!– Se apartó disgustado y el contrario frunció el ceño.

– ¡Pero-

– Déjalo en paz, Doblas, es su decisión– Le interrumpió el de cabello azabache, empezando otra discusión con el híbrido que no iba a ninguna parte y de la que Quackity no quería aportar.

A lo largo del tiempo, el resto de sus compañeros también le habían visto la cara y todos reaccionaban igual a su llamativa marca. Aún así, al principio prefería no mostrarla mucho porque le incomodaba. Siempre que se veía en un espejo con ella, no podía evitar sentir humillación y odio; como si una parte de él supiera que eso era lo que representaba su otro yo que no recordaba.

𝙋𝙚𝙧𝙙𝙞𝙙𝙤𝙨 𝙀𝙣 𝙀𝙡 「𝙎𝙈𝙋」 KarmalandV×DreamSMPWhere stories live. Discover now