–Ya veo. Creo que no es tan indiferente a ti como parece –puntualizó Nayeon.

No podía entender cómo alguien se negaría a estar con un hombre tan atento y amoroso como Jungkook. Conocía de primera mano lo protector y dedicado que era con los que le importaban, y esos rasgos serían lo primero que le atraería a un omega de un alfa dominante. Tenía curiosidad sobre quién sería el dichoso omega que rechazaba a tan buen prospecto de destinado.

–¿Qué podría darle para bajar su nivel de feromonas? –siguió preguntando Jungkook.

–Puedes rociarle un poco de spray neutralizador de aromas si su lobo te lo permite. No lo hagas en exceso porque podría pensar que no te agrada su olor y que lo estás rechazando. Del primer al tercer día, debes estar con él en todo momento, mimarlo y cuidarlo mucho. Dejarle marcas de olor fortalecerá su unión y hará que su lobo confíe más en ti. ¿Ya lo has mordido?

El corazón del alfa se saltó un latido.

De no ser por el collar que llevaba puesto Jimin, Kook lo habría reclamado. Estaba contento de que ese no hubiera sido el caso pues, además del asunto del embarazo, una mordida era grave. Un embarazo se podía interrumpir si el omega así lo deseaba; una mordida no. Implicaba estar vinculados de por vida, sellando el lazo. Romperlo significaría la muerte para ambos.

–Él tiene un collar con combinación –suspiró.

–Perfecto, eso nos deja con una preocupación menos. ¿Qué edad tiene?

–Veintidós.

–Está en la cumbre de su fertilidad –notó su hermana–. Su lobo querrá asegurar su embarazo teniendo relaciones contigo de nuevo. Si no te pusiste de acuerdo con su lado humano sobre el asunto de los cachorros...

–No volveré a acostarme con él. Le prometí a Jimin que no me aprovecharía de su estado más vulnerable.

–Es muy caballeroso de tu parte, Kookie, pero si llegas al punto en que ya no puedes aguantar, por favor, usa un condón. Escucha, debo dejarte porque me están llamando, pero tan pronto como tu destinado presente síntomas de embarazo, tráelo a la clínica y le haré un examen de sangre para que se saquen la duda. Y si... –la voz femenina bajó su intensidad antes de volver a hablar, temerosa por cómo pudiera tomarlo Jungkook–. Si no quiere continuar con la gestación del bebé, avísame. Yo me haré cargo de la interrupción.

Un escalofrío bajó por la columna del alfa. Se le hizo un nudo en la garganta al pensar en deshacerse de los bebés que Minnie tanto atesoraba en su vientre. Si la decisión fuera suya, jamás se le ocurriría detener el crecimiento de sus cachorros. Él quería tenerlos.

Estaba listo para ser padre desde hace mucho, y cuando Jimin llegó a su vida sintió como si los planetas se alinearan. Fantaseó con una cómoda vida a su lado, teniendo al omega más bonito del mundo en sus brazos, con un adorable abdomen hinchado, lleno de cachorros que se encargaría de criar y mimar.

Por desgracia, las cosas estaban destinadas a ser más complicadas.

Se despidió de Nayeon, agradeciéndole por la información y contactó a Namjoon para pedirle que consiga un spray neutralizador, o más bien un par. Tenía una larga semana por delante.

Recordó que su secretario le enviaría el papeleo del trabajo por correo, así que encendió su ordenador y se puso a revisar la bandeja de entrada, encontrándose con algunos documentos que debían ser revisados. Se concentró en eso por un momento, olvidándose de que su omega esperaba por él en la planta superior.

No es que se olvidara a propósito, sino que debía encargarse de eso antes de regresar con Minnie. Una vez que estuviera de nuevo en el nido, el omega no le permitiría salir.

Esclavo del Placer ║ Kookmin (Omegaverse)Where stories live. Discover now