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KAIRI

─Ni-Ki...

─¿sí? ─pregunta el ahora pelinegro.

Hace una semana había decido dejar de ser rebelde y pintarse el cabello de un color adecuado para ir a la escuela.

─nada, ¿cómo vas con tu tarea?

─necesito un poco de ayuda ─le muestra.

También hace un tiempo que se sentaba junto a ella, y no enfrente como al principio.

Le gustaba tomarla de la mano o acariciarla... Nada raro había sucedido hasta el momento, pero ¿eso era normal?

Kairi no había pasado por un situación similar antes, así que no sabía por qué el joven se comportaba de esa forma .

─esto ya te lo enseñé, recuerda, ¿quieres te le lo explique otra vez? Así entenderás mejor.

─Noona...

─¿qué...? ─el menor posó sus labios sobre los de la mayor dejándola sorprendida─. ¿Te volviste loco? ─lo separa.

─me gustas.

─¿qué...? ─continúa sorprendida.

─¿no puedes gustarme? ─pregunta él.

─uh...

─¿también te gustó? ─ella niega─. ¿Por qué no dices nada?

─esta situación empieza a incomodarme, ¿primero me odias, luego me tomas de la mano o acaricias de forma extraña, luego me besas y me dice que te gustó?, ¿qué es lo que quieres de mi?, ¡Me estás volviendo loca! ─el menor sonríe.

─Noona ¿también te gustó, verdad?

─¡claro que no! hablaré con tu madre, no seguiré dándote clases.

─¡no! ─la toma del brazo─. Prometo respetarte, pero no te vallas.

─Ni-Ki...

─perdonane, fui atrevido, no pensé antes de actuar.

─no puedo gustarte ─le dice al pelinegro y éste baja la mirada─. No es correcto ¿entiendes? ─empieza a sollozar.

─entiendo ─asiente limpiando sus lágrimas─. Ser rechazado duele mucho ─se ríe, pero el llanto le gana.

─lo siento.













NI-KI

Había actuado de la peor manera, lo sabía, pero ella le gustaba mucho, Así que había dejado de pensar con claridad hace un tiempo.

No le había contado a nadie sobre sus sentimientos excepto por ella. Había sido tonto e impulsivo.

El menor había llorado toda la noche, sin recibir algún tipo de consuelo sintiendose culpable por lo sucedido.

¿Cómo podría verla a la cara ahora? Si es que regresaba.

Por la mañana, Riki no tenía muchas ganas de ir a la escuela, su cabeza dolía y tenía mucho sueño; casi no había dormido por pensar en su tutora y tenía la cara inchada de llorar.

─hermana... ─toca la puerta de su hermana mayor.

─¿qué sucede Ni-Ki?

─¿me... Prestas maquillaje? ─esta abre la puerta y lo ve raro.

─¿para qué necesitas maquillaje? ─lo toma de la barbilla y hace que la mire─. ¿Qué te paso?

─uh... Na-nada, Konon, no seas molesta y prestame el maquillaje.

─¿estuviste llorando?

─no estuve llorando, es solo alergia.

─¿alergia?, ¿alergia a qué?

─hay mucho polvo en mi habitación, necesito limpiar ¿me lo prestas o debo robarlo por mi cuenta?

─bien, toma el que necesites, pero, si te atreves a romperlo, te mataré.

─sí ─asiente y entra a la habitación de su hermana─. Y si... ─se vuelve.

─no te maquillare yo, se me hace tarde, hazlo tú.

─pero...

─si me dices por qué lloraste.

─no quiero ¿por qué debería dejar al descubierto mis penas? Soy un humano también, lloro cuando quiero, es bueno llorar ¿sabes? No solo si estas triste.

─que raro eres a veces ─niega ella.

Lo ayuda a maquillarse un poco para que no se note que estuvo llorando y no le hizo más preguntas acerca de sus lágrimas.

Pero lo supo cuando lo vio, y era que su hermano estaba triste por algo, y lo sabía, porque él no solía tener esa mirada, o ese tono de voz, estaba segura de que algo le había pasado, pero respetó el hecho de que el menor no quisiera hablar sobre el tema.

─no tengo ánimos de nada ─soltó en llanto cuando su hermana estaba terminando con el maquillaje.

─Ni-Ki arruinaras el maquillaje.

─ya no lo necesito ─dice tomando una toalla húmeda para limpiarse.

─¿qué te pasa? ─pregunta preocupada.

─no lo entenderías ─niega él sin dejar de llorar.

─me preocupo por ti, hermano ¿por qué no confías en mi y me cuentas? Quizás pueda ayudarte.

─me gusta alguien, pero fui rechazado, se enojo mucho conmigo.

─¿entonces no le gustas?

─no... Seguro no soy su tipo, seguro cree que soy demasiado inmaduro, me trata como un niño, pero no quiero que me vea como uno.

─lo siento, pero no sé qué decirte.

─la besé sin su permiso ─baja la mirada.

─¡que hiciste qué! Es obvio que eso fue lo que la enojó ─golpea el brazo del menor.

─auch ¡oye!

─escucha, seguro que se enojo por que hiciste eso ¿por qué eres tan impulsivo?

─¡ella me gusta mucho! Sí, deseaba besarla ¿es tan malo querer besar a la mujer que te gusta? Ese no es un delito.

─¿eres tonto? A las mujeres no nos gusta ese tipo de cosas, si quieres darle un beso, entonces has que ella lo sepa, no tienes que decirlo directamente, pero puedes advertircelo antes, quizá si la miras y le das señales, pero no debes besarla sin que se lo espere, no siempre lo tomará bien.

─¿dices que quizá si le gustó, Pero reaccionó así porque yo la bese sin previo aviso?

─no quiero que te ilusiones, pero, sí, quizá haya sido eso.

─te mataré si no es así, me acabas de dar esperanzas ─dice levantandose de la cama.

─soy tu hermana mayor, ten más respeto.

─es que a veces lo olvido, perdón ─sonríe y sale de la habitación de su hermana.
















La Tutora | NI-KI | [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora