SR. CHIVA-AREE [BrightWin]

XI

Cada paso que daba Win, era una sensación como si de ir caminando hacia el infierno se tratara, el calor que pronto comenzaba sentir lo invadía poco a poco, recorriendo cada parte de su cuerpo, el alcohol no hacía nada por su sano juicio, al contrario lo incitaba a continuar.

Pronto se encontraba frente a las escaleras, el ruido que se escuchaba en la sala de estar lo puso alerta, obviamente identificaba la voz de Bright, pero la otra voz no, y mucho menos al ser una femenina, ¿Acaso esa era la razón por la que lo mandó a su habitación? acaso... ¿Acaso ya lo había cambiado por una mujer?

Su corazón comenzó a doler, en su pecho comenzó a crecer un ahogamiento que sencillamente inicio a oprimirlo, sus ojos comenzaron a cristalizarse, tenía tantas ganas de huir, de salir corriendo por la entrada principal sin siquiera voltear hacia atrás.

Comenzó a descender de las escaleras, un paso a la vez, un pie en cada escalón, mientras las risas de esa horrible mujer invadían más sus oídos, se escuchaba tan falsa, tan vulgar, ¿Como podía su amo estar con alguien así?

Bajo todas esas preguntas, llegó hasta el final de las escaleras, volteo hacia la sala de estar principal y detrás de esa puerta de cristal los podía ver, el traje que llevaba puesto el Sr. Chiva-aree simplemente lo dejó sin habla, habían pasado tantos días desde que lo vio por última vez, su cuerpo templo con la simple imagen de tenerlo encima de él.

Pero después volteo a ver a la mujer que se encontraba con él, no podía negar que era hermosa, que su sonrisa a fin de cuenta si jugaba a su favor y le hacía lucir delicada.

—Ella.... Ellos dos lucen bien juntos.... —Dijo para sí mismo.

Y estuvo a punto de regresar por donde vino, pero el solo instante de ver como ella tomaba del brazo a su amo, de cómo se le insinuaba con ese toque, lo hizo enojar... pero, ¿Que era esta sensación?

La ira que empezó a crecer dentro de él, lo dominó, ¡Por supuesto que no lucen bien juntos!, ¡él es su amo y no dejará que nadie se lo quite!

Su actitud había cambiado, desconocía este nuevo sentimiento que lo invadía, jamás lo había tenido, ¿era enojo?, fuera lo que fuera le daba esa fuerza de continuar, de avanzar hacia esa habitación donde su amo se encontraba con esa mujer.

Bright quien se encontraba escuchando las anécdotas de los viajes de Min, soportando cada risa que ella dejaba salir de su ser, cada minuto era tortuoso para él, pero tenía que soportarlo, tenía que continuar con esta velada y poder conseguir su objetivo.

—Y bueno así es como fui invitada a la semana de la moda en Milán. —terminaba de contarle.

—Vaya, entonces de verdad ha viajado por muchos países.

—Si, pero a decir verdad —fue acercándose poco a poco hacia Bright —Me gustaría mucho poder viajar junto a alguien, no sé, tener estas vivencias junto a una persona que ame y me ame. —lo tomó del brazo mientras le decía esto, eran más evidentes las intenciones que tenía, él se mantiene estático, sin siquiera dar una pizca de tener otras intenciones con ella, pero justo cuando Min estaba por abrazarlo por completo, la puerta de cristal que hasta ese momento se mantenía cerrada, era abierta de una manera brusca, haciéndolos a ambos voltear.