Capítulo 60. No todo es tan malo

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—Yo... No estaba bebiendo— el pelirrojo intentó cambiar el tema de conversación pero no se salió con la suya.

—Lo sé.

Dez tardó unos segundos en darse cuenta de qué quería decir su amiga con esas palabras y cuando lo hizo no supo sin sentirse aliviado o asustado.

—¿Qué sabes?— preguntó intentando averiguar qué cosas sabía Trish y ya de paso ganando algo de tiempo.

—Te vi comiéndole la boca a un chaval que parecía un adolescente, por favor dime al menos que tiene más de dieciocho años.

—Will tiene casi veinticuatro.

—Calla, no quiero saber su nombre— dijo ella agitando las manos frente a su cara —ahora mismo te subes al coche y vamos a ver a Austin.

Dez no respondió, bajó la cabeza como un niño al que habían pillado haciendo algo malo y se sentó en el asiento del pasajero intentando no hacer contacto visual con su amiga.

—Después de tantos años sigues siendo una caja de sorpresas pelirrojo.

•••

Ally abrió los ojos, pero una luz que podría dejar ciego al mismísimo sol hizo que tuviera que cerrarlos de nuevo.

—Agua— pidió pasándose la lengua por los labios resecos.

Notó como alguien ponía un vaso de papel en la comisura de sus labios y empezó a beber ansiosamente pero antes de que pudiera saciar su sed se lo
llevaron.

—Agua...— repitió —por favor...

—Es mejor que bebas poco a poco, tienes el estómago vacío desde hace casi un día— respondió una voz desconocida —voy a traerte algo más consistente y empezarás a comer poco a poco.

Pero Ally no quería comer, quería volver a dormir para olvidar los acontecimientos que su mente repetía una y otra vez como en un horrible círculo vicioso.

—Hola cariño ¿qué tal estás?— preguntó Austin entrando por la puerta.

La mujer se subió la sábana a pesar de que no hacía frío e ignoró la pregunta de su marido.

Él ser acercó y empezó a colocarle uno a uno los mechones de pelo que le caían por la cara.

—Les he dicho a Ava y Alex que en un par de días volveremos a casa.

—¿Dónde están?

—Trish me dijo que ella se encargaba pero mi padre se adelantó, dice que a mi madre le viene bien la compañía pero creo que al que le viene mejor es a él mismo— respondió el rubio.

Mike se había ocupado de cuidar de Mimi desde el comienzo de su enfermedad. No quería a un extraño en su casa que pudiese desorientar a su mujer aún más, y mucho menos llevarla a una residencia como le habían aconsejado algunas personas.

—No sé cómo vamos a decírselo— susurró Ally.

—Ya pensaremos en algo— contestó Austin agarrándole la mano —¿quieres algo? ¿agua? ¿algo de comer?

—De eso me encargo yo— anunció Trish entrando por la puerta.

Traía un bote gigante de su helado favorito, Fruity Mint Swirl, se lo tendió a su mejor amiga con una cuchara.

—Trish eres la mejor— dijo Ally con una sonrisa —pero no sé si me apetece.

—Pero si es tu favorito— intentó convencerla ella —prueba un poquito aunque sea.

When Future Becomes Past.Where stories live. Discover now