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Nuevamente un ramo de flores llegó a la puerta de su casa, más no llegó solo, sino que había un tímido Sapnap sosteniéndolo.

—Así que tú eras el de las flores, eh —se burla Karl apoyando su hombro en el marco de la puerta.

—Así que el tal Rubén era falso.

Karl esboza una sonrisa genuina. De alguna extraña forma se siente bien nuevamente con la presencia de Sapnap, como si que hubiera descubierto su secreto lo tuviera más tranquilo.

—¿Qué haces aquí?

—Nada. Solo quise traerte flores.

—¿Cómo debería interpretar eso? ¿Es un tipo de coqueteo acaso o es que estoy malinterpretando las cosas?

—No soy gay.

—En ningún momento he dicho que lo fueras. ¿Qué pasa, Sapnap? ¿Te gusto?

—Creo que mejor me voy. Fue mala idea venir.

Sapnap le tira el ramo y Karl apenas logra atraparlo antes de que caiga.

—¡Estaba bromeando! ¡No te puedes enojar por algo tan tonto! ¡Sapnap!

—¿Qué quieres?

—¿No quieres pasar? Dream y George han salido y me siento solo.

No se hizo de rogar e ingresó a la casa. La verdad es que estaba esperando a que Karl lo invitara a pasar, de todas las personas que conocía, Karl era lo más parecido a un amigo después de que Dream lo traicionara.

—Voy a traer algo para beber. ¿Qué quieres?

—Cualquier cosa está bien.

Sapnap se fue a sentar en el sillón de la sala mientras que Karl se dirigía a la cocina. Al rato regresó con dos copas y una botella de vino.

—George me contó sobre la separación de tu banda. ¿Quieres hablar de ello? —le preguntó mientras le servía su copa.

—No quiero molestarte con mis problemas.

—No molestas. A mí me gusta escuchar. Además es mejor soltarlo todo de una vez a guardarlo.

Mira su copa de vino y toma un poco sintiendo un sabor dulce que pronto se vuelve un tanto amargo.

—Pensé que sería peor si te soy sincero. Me enojé en ese momento, más que enojado creo que estaba frustrado. Fue como que en cuestión de segundos todos mis sueños se desplomaran. Obviamente no les rogué que se quedaran, eso solo llevaría problemas mayores en el futuro. Pero creo que fue mejor hablarlo en ese momento que después como tú dijiste.

Sin darse cuenta ya se había tomado toda la copa.

—¿Qué piensas hacer ahora? Quedarás como solista, buscarás otra banda o...

—No lo sé —lo interrumpió—. Ya ni siquiera sé qué quiero hacer con mi vida.

—Cualquier cosa que decidas hacer te apoyaré. Tenlo en cuenta.

—Eso es muy gay. Otra vez estás actuando tan gay. Eres tan molesto.

—Es el vino —se quejó Karl como si no hubiera sido el de la idea de tomar vino—. Es un rosé, me encanta este. Lo he guardado para una ocasión especial, pero no he podido aguantarme.

—No está mal.

Sapnap pasa su lengua por sus labios saboreando nuevamente la bebida.

A ese punto las mejillas de Karl se han colorado y no puede creer como tan rápido se ha puesto mal, hasta que ve que nuevamente se ha servido otra copa.

—¿Quieres? —le pregunta Karl al sentir su mirada sobre él.

—Creo que deberías parar. Si con una copa te has puesto así, no me quiero imaginar cómo estarás con dos.

—Solo quiero sentirme más ligero. Hay cosas que me salen más fáciles con algo de alcohol en mi interior.

Sin la más mínima pizca de vergüenza, Karl empieza a desabrochar su camisa de tal modo que a duras penas llega a descubrir solo la mitad de su pecho. No lo hacía con dobles intenciones, solo sentía como su cuerpo se acaloraba, pero Sapnap no sabía eso. Se tensó en su sitio y alejó la botella de Karl. Su cara empezó a tornarse roja entre más veía a Karl. Sus cabellos despeinados, sus labios rojos, su boca entreabierta y la camisa desarreglada. Era imposible no sentirse atraído hacia esa imagen.

—¿Por qué me miras así? —le preguntó Karl soltando una risa tonta debido al alcohol.

—¿Cómo así?

—No sé —su risa empezó a volverse incontrolable—. Eres tan tonto. ¿Por qué ahora?

—¿De qué hablas? No te entiendo.

Vuelve a reírse haciendo que el contrario esté más confundido.

—¿Por qué recién ahora me miras de esa forma? ¿Qué pasó? ¿De repente me volví más atractivo?

—Estás loco —dice cruzando sus brazos.

—Vamos, Sapnap, sé sincero. Te gusto.

—No soy gay.

—Yo no he dicho que lo seas. Puedes no ser gay y gustar de mí.

Karl pasa su lengua por sus labios y eso lo pone nervioso a Sapnap.

—Seré sincero contigo y luego tú serás sincero conmigo —Sapnap estaba por replicar, pero le tapó la boca con su mano—. Estoy completamente enamorado de ti. Creo que eso ya no es un secreto para nadie, pero es la verdad. A veces envidio la relación de George y Dream, a veces desearía poder tener algo como lo de ellos contigo. Quiero besarte ahora mismo y creo que tú también lo quieres.

—Estás delirando.

—Nadie está aquí. Estamos tú y yo solos. ¿A qué le tienes miedo? ¿Nadie va a firmarte ni tomarte una estúpida foto nuestra besándonos para subirla a internet? ¿Entonces qué te detiene? ¿Acaso eres tú mismo el que se niega a gustar de un hombre? ¿Te crees demasiado machito? Puedes ocultar tus sentimientos de todos, pero no de mi, Sapnap.

Su mano se posa en el muslo de Sapnap y ve como este se pone cada vez más nervioso en cuanto su mano llega a su entrepierna y siente aquella erección.

—Tu propio cuerpo te delata.

AND I LIKED #2 [Karlnap]Where stories live. Discover now