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Al final tuvieron que dejar a los perros por una cuestión de comodidad, así que Steve se sorprendió cuando se bajaron en el parque y vio que Denise sacaba una correa con una pechera de color rosa

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Al final tuvieron que dejar a los perros por una cuestión de comodidad, así que Steve se sorprendió cuando se bajaron en el parque y vio que Denise sacaba una correa con una pechera de color rosa.

—¿Qué es eso? —preguntó, anonadado al notar que le colocaba el arnés a Leslie.

—No le gusta que lo tomen de la mano —explico, encogiéndose de hombros—. Y de todas formas es muy bajito para que lo agarre con comodidad —Leslie parecía sumamente acostumbrado a usar el arnés, porque levanto los bracitos sin decir nada y luego comenzó a caminar.

Si su madre viera a Denise se podría furiosa.

—¿Qué dicen tus padres? —pregunto, caminando junto al chico, notando la manera en que todo el mundo parecía sobre reaccionar ante la escena.

—Nada —dijo encogiéndose de hombre. En realidad, lo habían mirado como si estuviera loco cuando les mostro la correa por primera vez, sobre todo porque Denise hizo que Leslie la escogiera, pero luego de un rato se acostumbraron a la idea.

Sus padres parecían asumir con suma facilidad todas las cosas "raras" que hacían sus hijos, diciendo cosas como:

—Mi hermano era igual cuando era joven.

O en otros casos.

—Yo hacia las mismas cosas de niño.

Al final la comodidad había ganado, sobre todo cuando su madre comenzó a verse superada cada vez que iban a hacer las compras y Leslie se negaba a estarse quieto, pero tampoco le gustaba que lo tomaran de la mano. El niño tenía ciertas necesidades y a ellos no les quedaba de otra que acoplarse a ellas.

—El rosa es el color favorito de Leslie, el rosa y el color menta —explicó de repente, fijando la vista en el niño y en la forma en que parecía sumamente feliz viendo a las palomas que caminaban a su alrededor.

No se supone que la gente pudiera alimentar a las palomas porque llenaban todo de excremento y comenzaban a llegar en parvadas al parque, pero ahí nadie hacia caso de las reglas.

—¿Quieres pan? —agrego Denise, sacando un zipploc de la mochila de Leslie con un pedazo de pan blanco.

Steve se había dado cuenta cuando lo metió, pero no quiso preguntar por miedo a la respuesta que pudiera darle. Leslie tomo el pedazo de pan y comenzó a darle de comer a las palomas.

—No way —Steve se llevó una mano a la frente, pero no los detuvo, era su país, ellos sabían cuántas reglas querían romper antes de recibir una multa.

Resignado observo la mochila de Leslie con curiosidad. El niño la llevaba cada vez que salía, tenía en el costado un termo pequeño con agua, sus dados, al parecer un pedazo de pan y algunas otras cosas. Era como la bolsita de tela de Denise, pero mucho más ocupada.

Esos dos hermanos eran tan parecidos que daba miedo.

Luego de un rato ambos comenzaron a caminar por los alrededores. Denise rento unos carritos de batería para que Leslie se montara y condujera a su lado mientras respondía las preguntas de Steve sobre las reglas de convivencia en aquel parque.

A mexican beautyWhere stories live. Discover now