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Advertencia: Este capítulo es medio triste... medio. XD

 XD

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Denise publicó la foto esperando una gran reacción de todo el mundo, pero al final resultó ser un mal día. No estaba seguro de si al resto del mundo le había importado o no, o si su ex se había vuelto loco, porque no volvió a mirar el celular en lo que quedaba de la mañana y se perdió de todas sus clases.

Él era una persona con mucha energía, pero de vez en cuando tenía bajones que lo dejaban tumbado en la cama, esperando el momento de dormir. Sin embargo, desde que la cuarentena había iniciado esos episodios se volvieron más violentos y mucho más frecuentes. Ahora alrededor de tres días cada dos semanas se encontraba en tan terrible estado que no hacía más que permanecer acostado en la cama.

Esta ocasión estaba siendo especialmente mala, porque normalmente se las arreglaba para ser funcional cuando eso ocurría, pero esa mañana no tenía fuerzas para tomar su celular y entrar a clases, así que perdió el día entero.

Para él todo era más fácil cuando sus padres estaban en casa, podía ver a su papá escuchado la radio o trabajando en el patio, su mamá lo obligaba a levantarse y le compraba galletas con bombones encima cuando lo veía muy estresado, mientras que su hermanito entraba y salía de la casa persiguiendo a Aquiles. Su risa se escuchaba a todas horas.

La casa solía ser un hervidero de actividad y él, que no estaba acostumbrado a vivir solo, le costaba mucho hacerse a la idea de que ahora dependía únicamente de sí mismo.

Conforme sus pensamientos lo hundían más y más en la miseria, se encerró en si mismo y permaneció en la misma posición toda la tarde. Antes de darse cuenta ya se había hecho de noche y el pasó todo ese tiempo navegando constantemente entre el sueño y la vigilia. En cierto punto el estómago comenzó arderle, tenía mucha hambre, le dolía la cabeza, estaba mareándose y quería ponerse en pie, pero le estresaba la idea de que cuando entrase a la cocina tendría que prepararse la cena. Estaba demasiado hambriento para esperar, demasiado cansado para cocinar y se moría de sed.

Las luces de la casa estaban apagadas porque tampoco tuvo la entereza para encenderlas. Denise supuso que se quedarían así hasta el día siguiente, cuando de repente la habitación se iluminó, cegándolo momentáneamente.

—What the hell ¿You are here? —la voz de Steve llamó su atención. Estaba a punto de girarse a verlo cuando Aquiles saltó sobre él, subiéndose a la cama sin permiso.

—Hola —dijo, quedándose en su lugar, pero pasándose las manos por la cara para limpiarse el rastro de las lágrimas. Estas ya se había secado durante la tarde, pero lo hizo sin pensarlo.

Steve se le quedó mirando, se dio cuenta enseguida que algo no andaba bien, pero no supo discernir exactamente que estaba pasando aparte de lo evidente: Denise seguía tumbado en la cama, sin hacer amago de levantarse. Cuando sus miradas se encontrado, el chico se giró poniendo el rostro contra la pared.

A mexican beautyWhere stories live. Discover now