𝐓𝐇𝐄 𝐁𝐄𝐀𝐓𝐈𝐅𝐔𝐋 𝐏𝐄𝐎𝐏𝐋𝐄 ┇ 𝗢𝗰 𝗕𝗹𝗲𝗮𝗰𝗵.

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Aplausos sonaron desde la oscuridad de la habitación. Era Charleston -Bravissimo!- felicitó en italiano -Ciertamente, me llama la atención lo mucho que has progresado en todo éste tiempo... Y sobre todo lo bien que te has librado el hijo de la grandísima, enorme, gigante, obesa y muy por encima, ¡puta!.. madre de Mengele. En mis tiempos el tipo era una piedra en el zapato...- Ésto último algo fastidiado, pues al pobre Charleston le tocó pasar por las malas bromas de Mengele y sobre todo por sus obsesiones.
Viridiana se asomó por debajo de las "faldas" de Charles, ya se veía bastante más mayor, era aprendiz del Hakuda no Hikari, una cicatriz en su rostro, al igual que su padre resaltaba por encima de su cabello rubio maltratado, y el aspecto pálido que tenía, pues ella ya había sido mandada al frente en algún par de ocasiones con la excusa de su padre de mantenerla ocupada, aunque todos ya sabemos con qué intenciones fué eso. Se veía algo amargada pero aún así parecía mantener algo de admiración y respeto hacia Kaede, misma que se mostraba supremamente indiferente ante eso.

Al salir de la sala de entrenamientos, Viridiana siguió a Kaede por los pasillos de la sede. La seguía hasta su habitación. . .
-Dämon, ¿Sabías que papi te enviará conmigo al frente?- Mencionó emocionada, mientras ese brillo peculiar en sus ojos resaltaba al mirar la cara de Kaede. Ya estaba acostumbrada a su silencio, por lo que asumió de inmediato las respuestas a todas sus preguntas. Kaede ni siquiera le prestaba atención.
Al llegar a su habitación, Kaede se sentó en esa misma mesa dónde un par de años atrás convivía con Susana, sus sombras pelirrojas, su silueta esbelta y su olor a Lavanda invadía a Kaede en leves alucinaciones, escuchaba todo lo que Viridiana contaba emocionada, pero. . . Ahí no estaba sentada Viridiana, ahí estaba sentada Susana, hablando de su familia, sus padres, sus historias graciosas de su infancia en Chile. . . Su risa suave, la contenía para no parecer desagradable, pero después salía su risa auténtica, parecía mujer de la alta sociedad riendo de esa forma.
«Te extraño» Un pensamiento vago invadió a Kaede en ese momento. Ni siquiera se dió cuenta del momento en el que Viridiana se calló y miró con curiosidad a la peliverde.
-¿Te arrepientes, Dämon?- La pregunta sacó de sus pensamientos a Kaede -¿Te arrepientes de asesinar a esa mujer? ¿a la latina?- La muy indiscreta pregunta tomó por sorpresa a la Teuflisch, quien sólo abrió sus ojos con algo de molestia, para poco después mirar a otro lado fastidiada.
«Si» Kaede respondió muy en sus adentros.

Degurechaff Hija tenía la costumbre de quedarse de contrabando en la cama de Kaede, ahí dormía. Y esa noche, no fué la excepción.
La puerta metálica se abrió lentamente, la luz de afuera iluminó la oscura habitación parcialmente -¿Está aquí, cierto?- La voz de Charleston se asomó tímidamente, mientras Kaede sólo asintió. Se puso de pie, estaba sentada aún en la mesa, caminó hasta la cama y cargó a Viridiana cómo si fuera un costal de papas -Gracias... Llevo todo el mes insistiendo con que no venga contigo a fastidiar. Lo lamento, mujer- Mientras cargaba a su hija de forma delicada e incluso hasta amorosa -Ajá- Una respuesta vaga salió de los labios de Kaede. Le dió la espalda al Teniente y se fué a la cama, la oscuridad reinó nuevamente en la habitación.
-¿Me sigues amando, Susi?- Se quedó callada unos segundos, miraba al techo, desde su cama de arriba -Porque yo sí...- El silencio invadió después de eso, y fueron los dueños de la habitación hasta el día siguiente.

"SS marschiert in Feindesland, und singt ein Teufelslied. Ein Schütze steht am Wolgastrand, und leise summt er mit. . Wir pfeifen auf, unten und oben, und uns kann die ganze Welt. Verfluchen oder auch loben, Grad wie es jedem gefällt. . ."

El himno de las SS era cantado al unísono por muchísimos soldados al mismo tiempo, incluída Kaede. -Las SS marchan en territorio enemigo y cantan una canción del Diablo. Un camarada vigila en las orillas del Volga- Cantaba con pesadez -Y en silencio tararea, silbamos bajo y silbamos alto, Y el mundo entero nos puede maldecir o alabar, según les guste nuestra labor o no- Un uniforme completamente negro, desde la gabardina, los pantalones y las botas era el que llevaba puesto, los símbolos de las SS en las solapas de los cuellos, un brazalete bastante distintivo de color rojo, en el brazo izquierdo. Llevaba una máscara puesta, de color amarillo, parecía bastante vieja en realidad. Sus ojos no se veían por la circunferencia tan pequeña que había en esa máscara en la zona de los ojos, si se pudieran ver, se admiraría la belleza de las pupilas verde limón de Kaede, y la esclerótica negra que caracteriza la máscara Vizored.
Aún que esa máscara no le diera ninguna clase de poder, debido a que Twilight lo negaba por completo, seguía siendo aterradora para algunos.