𝐓𝐇𝐄 𝐁𝐄𝐀𝐓𝐈𝐅𝐔𝐋 𝐏𝐄𝐎𝐏𝐋𝐄 ┇ 𝗢𝗰 𝗕𝗹𝗲𝗮𝗰𝗵.

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Un grito de guerra de un soldado hizo que todos los demás se elevaran la moral y el valor para atacar a la peliverde.
Kaede sonrió, sabía lo que venía, unicamente sosteniendo su espada con una mano, hizo una guardia de esgrima china, sostuvo su Katana firme hacía el frente, su mano izquierda detrás de su espalda baja y una postura completamente erguida. Las detonaciones de las armas de los soldados comenzaron a sonar, decenas de balas atravesaron el cuerpo de Kaede por todas partes, su ropa se llenó de manchas carmesí por su sangre, sin embargo, ella no se movió en lo mas mínimo, parecia seria, pero volvio a sonreir ampliamente. Nuevamente había vuelto de la muerte, y eso la dejaba con una carga de adrenalina lo suficientemente grande como para poder hacer lo que estaba apunto de hacer.

Usando "Hohō", se movio tan rapido que los ojos de los humanos no la podían ver. Una cabeza humana salió volando, era culpa de Kaede. Más disparos comenzaron a sonar simultáneamente, por los sonidos de todos ellos, la peliverde ya se daba una idea de las ubicaciones de cada soldado, sólo le bastaba adoptarse a la velocidad de las balas, cosa que no fué complicada, pues únicamente con su "Hohō" fué capaz de superar por muy poco la velocidad de las balas, sin embargo, no era tan fácil como esquivar todo y ya, tenía que recibir todos aún así, si no es que la mayoría de impactos de bala para poder cortar las cabezas, brazos o los torsos a la mitad de cada soldado, era una escena bastante visceral.
Los altos mandos, de espectadores, se preguntaban si un monstruo así podría ser obra de los americanos, o de los soviéticos. . . Apostaron más a estos últimos.

Las carcajadas de Kaede comenzaron a sonar por todas partes, sus pisadas acompañadas del sonido de la lluvia hacían un escenario aterrador, se escuchaban los disparos en eco, las luces que estos hacían por la pólvora estallando, todo era un ambiente hermoso para Kaede, la cuál acabó con 32 soldados en sólo un minuto.
La Katana de Kaede goteaba sangre y lluvia, su cabello verde estaba pintado de rojo. . . Hasta ese momento se dió cuenta de que. . . Tenía un hueco en el pecho, metió la mano allí, no pasaba nada, no moría, apesar de que todas sus heridas estaban sanadas por completo, ese hueco asqueroso seguía ahí. . .

Un hombre aplaudió desde una terraza. Su rostro estaba lleno de cicatrices, parecía el mayor hijo de perra que había parido el mundo de los humanos. . . Sin embargo, ésto posiblemente era una conclusión precipitada. . . Posiblemente.
Ese hombre era un Teniente General, lo decían sus insignias en el uniforme, y medallas de condecoración, era una persona bastante importante, y por eso, el espectáculo que le regaló Kaede sería una de las razones principales de su aparición, el vió algo en ella.

« ¿Quién es ella? » Esa pregunta circuló por toda la cabeza de aquel hombre, mismo que jamás llegó a una conclusión con certeza a esa pregunta, así que se aventuró a averiguar por su cuenta la respuesta.

- ¡Bravo!, Sobreviviste a 269 disparos, si no conté mal. . . Ha, Ha, Ha - Una risa inquietante salió de su garganta - Te dispararon a los pulmones, a los brazos, a la cabeza, cuello, y. . . Podría estar toda la noche enlistando todas y cada una de las zonas afectadas de tu cuerpo. . . Y aún con todo eso, sigues viva. . .

Se recargó sobre el barandal de la terraza y miró a Kaede directamente hacía los ojos, le sonrió y comenzó a reír a carcajadas, tardó 17 incómodos segundos en reincorporarse de nuevo. Volvió a hablar, Kaede nisiquiera sabía quién era él, aún que por alguna razón lo entendía a la perfección, entendía el idioma sin ningún problema, incluso si ella sabía que ese no era su idioma original. . .

- Bien. . . Tu potencial es innegable. Tu peculiaridad es impresionante y tu talento inefable. Yo. . . Charleston Von Degurechaff, Teniente General de La 33.ª División de Granaderos SS "Charlemagne". . . Te nombro el "Demonio del Reich".

Los hombros de Kaede se sintieron más pesados, sus ojos se abrieron con terror, dejó salir un poco de su presión espiritual, aún que fue tan poco que literalmente sólo provocó que Charles agachara la cabeza.
El Teniente General alzó sus brazos al aire, no le importaba en lo más mínimo mojarse o estar a merced de la lluvia.
La Kenpachi apretó sus dientes, su mano apretó su Katana con fuerza, su corazón comenzó a latir con rapidez, aún que desconocía muchas cosas, ella sabía que ese título no era por nada. . . Y que tampoco sería algo fácil de mantener. Se preguntaba seriamente, porque es que el llegó a esa conclusión tan apresurada, se enojó con el humano. Estaba apunto de lanzar su arma, cuándo un "Para" la detuvó.