𝐓𝐇𝐄 𝐁𝐄𝐀𝐓𝐈𝐅𝐔𝐋 𝐏𝐄𝐎𝐏𝐋𝐄 ┇ 𝗢𝗰 𝗕𝗹𝗲𝗮𝗰𝗵.

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- Bueno, ¿Y qué tal si me lo dejas a mí? Yo me haré responsable de todo lo que pase con ella. . . - Hizo una pausa al ver el silencio contrario - ¿No lo notaste acaso? Ese Reiatsu. . .

Kisuke se llevó una pipa a la boca, dónde prendió un poco de tabaco, después de fumar unos segundos, removió su cara seria, y regresó a su estado habitual, dando palmaditas a la cabeza de Yoruichi conciderablemente más fuertes que las palmadas que alguien le daría a su gato. La cabeza de Yoruichi se bajaba, cerraba sus ojitos y baja sus orejas con molestia por las acciones de Kisuke.

- Vale, Vale, no te rayes. . . ¿si? Te lo dejaré entonces, en tus manos estará mejor, ¿no es así, "YooRuu-iichii-Saan"? - Alargando el nombre de la Shihōin apropocito.

Yoruichi se bajó de los hombros de Kisuke, y éste simplemente se fué haciendo el tonto y riendo cómo siempre solía hacerlo.
Se pudo escuchar una discusión dentro, Tessai afirmaba tener un remedio excelente para los rasguños de gato, Kisuke rechazaba tan amable como le era posible dentro de su nerviosismo y pánico al saber lo que venía, sin embargo su ayudante insistía con avidez. . . El felino ignoró a ambos, y volvió a salir de la tienda, en Karakura se mostraba un clima nublado, sin embargo el sol brillaba tanto como podía, ya era el atardecer. . .

La Garganta abierta por Alexey, fué cerrada prácticamente segundos después de que Kaede fué lanzada por allí.
Pasar por ahí, por ese "Agujero de gusano" obscuro y silencioso, le hizo pensar a la Kenpachi que estaba pasando por justamente eso, un agujero de gusano. . . Cerró sus ojos esperando el final, si es que lo habría.
Después de unos segundos, Kaede se vió afectada por otra especie de gravedad, el viento frío movía su cabello y un sonido silbante invadía sus oídos. La caída era de aproximadamente cincuenta y ocho metros de altura, Alexey abrió ese portal en el primer lugar que se le ocurrió, ni siquiera pensó mandarla a un lugar específico. . . Estaba cayendo a ese lugar por la pura mala suerte de lo aleatorio que fué el momento para Alexey, y aún si éste hubiera podido escoger a dónde mandarla, definitivamente hubiera sido a ese lugar sin dudar ni un poquito.

Kaede cayó al piso después de unos cuántos segundos en el aire, sujetaba su Zampakutō con fuerza en su mano derecha, estaba envainada, la tomaba de la funda, a la altura de la mitad de la longitud de la espada, la cual por cierto, medía diez centímetros menos que su portadora, es decir, que la longitud total de esa espada era de ciento cuarenta y cinco centímetros.
Apenas Kaede tocó el piso, supo dónde se encontraba casi por adivinanza o suerte premonitoria y eso la inquietó bastante. Hizo un hueco importante en el piso, y allí dentro, comenzó a asimilar todo lo pasado hasta ese momento mirando al cielo obscuro y nublado de ese lugar, la luna se veía tan borrosa que, incluso haciendo un gran esfuerzo, no se notaba más allá de un simple brillo borroso. . .
Sacó las cuchillas de su cuello y costillas lentamente, cosa estúpida pues soltó una hemorragia en ambas zonas, y desencadenó el dolor de sus células reacomodandose, que era tan grande, que multiplicaba al dolor originado por esas heridas originalmente.
Estaba en un hueco de un metro de profundidad, se retorcía sujetándose del cuello con fuerza,y aún con esas, salió después de unos segundos de dolor del hueco, poniéndose de pie. Su uniforme de la Academia Shinō ya parecía casi completamente teñido en rojo, y con una parte faltante en el abdomen por el ácido de Jasha. . . Parecía haber pasado por una buena paliza. Por una parte, el Shihakushō tenía quemaduras por todas partes por la activación del Bankai de Kaede, estaba quemado por el veneno en la parte del abdomen, tenía un agujero en la mitad del pecho, le faltaba una manga, además de estar cortado superficialmente, como rayones o arañazos. . . Su Hakama estaba igualmente quemado a la altura del cinturón, y otro par de manchas de sangre, quemaduras y rasguños.

Al ponerse de pie, sólo unos cuantos centímetros de su cuerpo sobresalían del hueco, miró desconcertada su alrededor así como éste hacía lo mismo con ella, no parecía tener heridas por la caída más allá de polvo y manchas negras en el cuerpo por el concreto.
Dedujo estar en el centro de una sede de alguna organizacion militar similar al Seireitei, sin embargo, nada parecia tener sentido, no al menos en ese momento.
Todo lo que Kaede veía eran banderas rojas con un simbolo budista mirando hacia la derecha, uniformes negros y un idioma muy agresivo al hablar. . . Soldados la apuntaban con armas que hasta ese momento ella desconocía completamente, sabia bien que si se movía mal o hacia algo sospechoso podría entrar en un conflicto bastante serio, pero aún así no respetó sus propios ideales, llevó su Zampakutō al lado izquierdo de su cadera, colocó la funda por dentro del cinturón de su Hakama, y una vez ahí, la desenvainó lentamente. Los soldados apretaron los dientes, parecían ser muchos, no había un panorama claro, había comenzado a llover, la oscuridad no ayudaba. Kaede estaba herida por su pelea con los Arrancar, parecía echar vapor de esos raspones y cortadas. . . Ese era el reacomodado de células, o con un nombre más corto: Regeneración.