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sunoo estaba arriba del pelinegro mientras lo besaba de una manera apasionada, sunghoon rompía el beso algunas veces solo para recuperar un poco de aire pero su zorrito no se lo permitía ya que inmediatamente volvía a besarlo. Sus manos temblaban un poco, tenía sus manos en la cintura del castaño.
El íntimo momento fue interrumpido por una llamada entrante en el teléfono de sunoo, con molestia se separó del pelinegro y tomo el teléfono para responder.
— ¿Por qué molestas? — habló mientras se levantaba de la cama y dejaba a un pelinegro muy sonrojado sentado. — Ahora vuelvo, cariño — avisó saliendo de la habitación.
sunghoon se volvió a tirar en la cama, agarro una almohada colocándola en su rostro sonrojado. Se sentía muy avergonzado, no sabía porque seguía sintiendo nervios cuando iba a besar al menor, le gustaba recibir besos de ese tipo pero sunoo lo ponía muy nervioso. La simple mirada de su zorrito lo ponía nervioso y lo hacía sentir un tonto, tal vez era un tonto enamorado.
— ¿Y si... Yo inicio el beso la próxima vez? — murmuró
— ¡Cariño, vístete! — ordenó entrando a la habitación con una sonrisa — ¡Vamos a ir a una fiesta!
Se sentó en el borde de la cama y miro con confusión a su novio.
— Pero... Es jueves, zorrito — mencionó
— Que importa, no tomaremos mucho — sonrió
— Yo no tomó... Aparte no me gustan las fiestas, me da cosa que haya tanta gente en un mismo lugar, siento que en juzgan — confesó tímido
— Oh, mi pequeño y tierno hoonie. No te preocupes de nada, yo estaré ahí contigo en todo momento, seré como un chicle — hizo un mohín mientras miraba fijamente al pelinegro — Vamos, ¿Si?
sunghoon no podía negarle nada a su pequeño zorrito — Está bien, iremos
— ¡Yei! — dió pequeños brinquitos
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