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sunghoon caminaba por los pasillos del instituto mientras pensaba que comprarle a su novio. ¿Leche de fresa o gomitas? Era muy difícil tomar una decisión cuando su novio siempre sonreía con felicidad con ambas cosas.
— Tal vez las dos — murmuró mientras caminaba al patio donde estaban las máquinas expendedoras, puso el dinero exacto y después presionó los números, repitió la acción una vez más mientras sonreía feliz al tener las cosas favoritas de su pareja.
Se sentía feliz de haber alcanzado la última leche de fresa. ¡Era el mejor novio!
Sintió un pequeño golpe en su hombro, volteo a ver a la persona que lo tocó.
— Oh, yuna — habló con una pequeña sonrisa
— ¿Me puedes dar la leche de fresa? — cuestionó haciendo un pequeño mohín
sunghoon negó rápidamente sin dudarlo, vió la cara de tristeza de la chica pero eso no haría cambiar su decisión; prefería ver la cara de tristeza en ella que en su novio. No le gustaba ver a su novio triste, cada vez que su novio estaba triste le era inevitable no sentirse mal.
— Me tengo que ir, lo siento — mencionó en voz baja y con pena
La chica sujeto el brazo del alto y volvió a mirarlo con una cara de tristeza para conseguir ese envase.
— Por favor, hoonie. Te pasaré la tarea de química si quieres — suplicó al borde de las lágrimas
sunghoon no sabía que hacer, no quería que yuna llorara pero tampoco quería dejar sin leche a su zorrito.
— Quita tus sucias manos de sunghoon — hablo una tercera voz en un tono demandante
Ambos chicos voltearon a ver hacia la persona que el pertenecía esa voz, sunghoon sonrió al ver a su novio ahí pero se borró cuando vio el ceño fruncido del castaño.
— sunoo, lo siento... — se disculpó soltando la mano del mayor, hizo una reverencia antes de irse casi corriendo de ahí.
— zorrito, te extrañé mucho — se acercó al castaño con un leve rubor en sus mejillas
— ¿Qué quería esa? — cuestionó
— Uh. Quería la leche que compre para tí — le extendió las cosas con nervios — Espero te gusten, zorrito.
sunoo al ver la leche y las gomitas olvidó los celos que sintió. Agarro con una gran sonrisa las cosas y después se lanzó a los brazos de su pareja.
— Gracias, cariño. Te amo, te amo, te amo — repitió con felicidad
— ¡Hey, Kim! — exclamó un compañero de sunghoon— Déjalo, se le va hacer tarde para sus clases, sunoo se separó del pelinegro para ver al chico
