Capítulo 21: Manzana + Eva = Catástrofe apocalíptica

Zacznij od początku
                                    

Yo no conocía la habitación en la que nos encontrábamos, pero me sentía cómoda. Nuestras sombras danzaban sobre las paredes al compás de las velas aromáticas que desprendían un olor, casi empalagoso, a vainilla. Yo me acercaba a ella para besar su cuello y entonces sorbía el olor de su piel, que iba llegando de a pocos a mis papilas gustativas, mezclándose con el de las velas. Era simplemente embriagante, y yo quería beber más.

Su sonrisa, nada menos que perfecta, se ausentaba por instantes cuando se acercaba para besarme, cuando enterraba el rostro entre mis senos, cuando se perdía acariciando el resto de mi cuerpo con sus labios.

Sus suaves cabellos dorados mezclados con fucsia, resbalaban entre mis dedos; mi piel se erizada bajo los suyos. Mis manos temblaban de ganas de recorrer su desnudez completa.

Hoy en día sé que mi mente tiene una capacidad extraordinaria de embellecerla más allá de lo que es saludable, pero ese sueño: el primero, desbordó en lo irracional.

Se sentía todo tan real, que al abrir los ojos no supe ni en dónde estaba. Algunos segundos, y múltiples parpadeos después, respiré con menos nerviosismo al identificar mi habitación. Mi corazón recuperó su ritmo normal, pero mi agitación no se desvaneció y tampoco las reminiscencias del sueño.

Me incorporé a medias, frotando mis ojos. Los números rojos del radio despertador anunciaban que eran apenas las cuatro de la mañana.

Me dejé caer sobre la almohada, parpadeando repetidamente, como quien descubre que tiene una mano entumida y comienza a mover los dedos con la intención de despertarlos. El estupor aún estaba presente, pero no tenía ganas de volver a dormir.

Después de unos instantes de indecisión, me reí de mí misma y me convencí de que volver a dormir no implicaba que regresaría a ese sueño tan escandaloso; claro que, tampoco estaba deseando regresar a ninguno de los otros dos.

Me acomodé y cerré los ojos, pero entonces las imágenes más provocativas del sueño regresaron, fragmentadas, como si mi mente estuviese censurando lo que había encontrado demasiado aburrido y estuviera dándome solamente las mejores escenas. Abrí los ojos y sacudí la cabeza, intentando ahuyentar las imágenes; no funcionó.

Respiré pausadamente, concentrándome en cada inhalación y cada exhalación; intentando forzar a mi mente a quedarse en blanco... o en negro o en rojo, en el color que quisiera, siempre y cuando eso significase olvidar la figura desnuda de Hope.

Cuando mis intentos de dejar la mente vacía probaron ser tan infructuosos como las técnicas anteriores, me di vuelta y hundí la cara en la almohada. Si no me dormía por las buenas, me sofocaría hasta desmayarme, quizás así dejaría de pensar en ella.

Alrededor de las cinco y media de la mañana, sufrí un ataque de impotencia ante la ferocidad con la cual mi mente se aferraba a repasar las escenas más escandalosas del sueño. Decidí entonces que si ya estaba despierta, no me costaba nada ir a la escuela y hacerme de utilidad.

La sala de proyectos en la que se encontraban las maquetas de todos los equipos, se abría por medio de una tarjeta electrónica, garantizando acceso las veinticuatro horas del día a quien así lo requiriese, así que, ¿por qué no aprovechar el tiempo trabajando en el proyecto?

Cuando llegué a la escuela, aún faltaba poco más de una hora para la primera clase. Mientras caminaba hacia la sala de proyectos, descubrí que en realidad no estaba de humor para trabajar; no podía hallar ni un ápice de inspiración en mi mente. Entonces temí pasar ese tiempo mirando la maqueta sin saber qué hacer con ella.

Colosal fue mi sorpresa al abrir la puerta para encontrar a Hope inclinada sobre nuestro proyecto, añadiendo detalles a la fachada.

Me quedé ahí, en el umbral, debatiéndome si entrar o salir huyendo; temiendo que fuese a descifrar en mis ojos, las cosas tan indecentes que había soñado. Antes de que pudiera tomar una decisión, mi mano derecha perdió la fuerza, dejando caer mi mochila al suelo.

Sólo a ella | #PGP2024Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz