Sin Rastro

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Craig al salir de trabajar y despedirse de sus compañeros, decidió ir a comprar el pastel favorito de Tricia a una pastelería muy reconocida últimamente por sus exquisitos pasteles que le recomendó Tolkien.

Al entrar a la pastelería observo el lugar, por alguna razón le recordaba un poco a Tweek. Tenía distintos olores agradables pero el olor a café era notable, el lugar era amplio, con varias mesas y ventanas de cristal gigantes que hacía que el lugar estuviera bien iluminado a pesar de ya estar oscureciendo.

XX. - Hola, bienvenido.

Al levantar la vista observo a cierto chico, era el mismo que conoció el día de hoy, no le había prestado antes la debida atención, pero esos ojos eran iguales a los de Tweek. El mismo color de cabello y piel blanca, pero había algo, este chico era diferente, sin ojeras, y mucho más delgado, mucho más seguro de sí mismo, anteriormente cuando lo tomo del brazo este solo se sorprendió, si hubiera sido Tweek, hubiese mostrado temblores en su cuerpo y lo hubiese golpeado pensando que lo iba a secuestrar Corea del Norte. Una sonrisa se formó en sus labios al recordar cosas de su antigua pareja. Al acercarse más al chico, este también lo pudo reconocer y solo le dio una sonrisa.

CRAIG. -Ah hola. - responde algo apenado - mm... me gustaría un pastel de chocolate por favor. - El corazón de Craig empezó a palpitar como loco. ¿Qué demonios pasa? Pensó. Esa sonrisa, sin duda era hermosa.

XX. - Con gusto. - Le responde sin dejar de sonreírle y tomando en sus manos un pastel de chocolate

-...-

-...-

CRAIG. - Lo siento por lo de hace rato. - dice rompiendo el incómodo silencio que se había formado.

XX. - No hay problema, ya me habías pedido disculpas. – responde dándole una cálida sonrisa- mmm ¿quieres que escriba algo en el pastel?

CRAIG. -Sí, por favor, solo escribe feliz cumpleaños. - Dice sin dejar de verlo

El chico comienza a escribir, luego coloca el pastel en una caja muy elegante y se lo entrega a Craig.

CRAIG. - Bueno muchas gracias. - responde, luego paga y los dos se despiden con un adiós. Sin duda se sentía incómodo y podía notar que, aunque el chico quisiera ocultarlo también parecía sentirse igual.

Craig se puso en marcha para irse a su casa, todavía vivía con su familia, la verdad no tenía planeado salir de esa casa, ya que les ayudaba con los gatos y estos estaban de acuerdo y apoyaban su decisión.

Se sentía extraño, ese chico lo había hecho sentir extraño, era el primer chico después de Tweek que le había llamado la atención... no sabía que pensar al respecto, ni siquiera lo conocía, pero su sonrisa era muy linda y lo llenaba de paz... y aunque Tweek era un caos, también tenía una hermosa sonrisa. Ese chico, le hacía recordar al rubio.

CRAIG. - ¿Cómo estarás ahora Tweek? - Dice en voz baja soltando un largo suspiro.

Al llegar a casa, se bajó de su auto con el pastel en manos, sus padres y Tricia lo esperaban.

Al entrar lo recibió Tricia sacándole el dedo, él solo sonrió por el gesto de su hermana.

CRAIG. -Ya madura, ahora eres toda una anciana.

TRICIA. - ¿Anciana? Te has fijado que el viejo eres tú, y ni siquiera tiene una novia. - Dice, con cara de burla-

CRAIG. - Ngh eso dolió mocosa. - Dice poniendo su mano sobre el cabello de la pelirroja despeinándola.

LAURA. - Dejen de pelear.

THOMAS. - Partamos el pastel.

Al darle el primer bocado Tricia se sorprende.

InolvidableWhere stories live. Discover now