El chico no lo sabía pero cuando se enfadaba, arrugaba levemente la nariz tan detallada que tenía. Como pensaba Leah, perfecta.
—Malfoy.

La chica también miraba sus ojos. Aquellos ojos donde podías verte reflejado. Sin duda de los ojos más hermosos que Leah podía haber visto en su vida. Nunca los olvidaría.
—Claro, y después eres tú la enfadada, ¿por qué? Merlín debe saber por que yo no. Y que me lo explique por que yo no veo normal que tu...

Bla, bla, bla. Leah pasó a la boca de este, viendo como sus labios algo nerviosos y temblorosos le hablaban a ella.
—Draco.

El chico la miró sin decir palabra, esperando a que ella hablara, pues si había dicho su nombre, seguro era importante... ya iban dos veces desde que se conocieron.
—¿Si?

Tragó hondo pues, durante segundos, ella no apartaba la mirada de sus labios, poniéndolo realmente de los nervios.

Luego de eso, la chica sonrió y finalmente lo miró con una expresión algo burlona.
—Puedes decir que has venido porque te preocupabas por mi, no pasa nada, estamos los dos solos, nadie te va a escuchar.— se burló ella haciendo rabiar al chico.

—A veces eres tan tonta que me pregunto si la neurona que compartíais tu y tu hermano se dividió entre vosotros en la barriga de vuestra madre. Me voy.— dijo este sacudiéndose el polvo de su chaqueta preparado para irse.

—No, no, espera.— lo paró ella confundiendo a este.— ¿Has venido por ti mismo? O... ¿te han obligado?

Había que analizar la situación en este caso. Si, Draco había venido forzado, y había entrado porque sus amigos se lo habían dicho, pero él si quería visitarla por su cuenta y quería acompañarla. Por que si, si que se había preocupado por mucho que odiara admitirlo.

"Están todos fuera, pero quería saber como estabas, he entrado porque me preocupas."

—Claro que me han obligado, sabes lo pesados que son.

Leah sonrió mientras bajaba la cabeza.
—Si, claro... era para asegurarme de que seguías siendo tu.— respondió mientras se volvía a estirar en la camilla.— Cierra la puerta cuando te vayas.

Genial, otra cagada.

Cuando el platinado salió de enfermería, se encontró con una pelea entre leones y serpientes. Blaise, Theo y Daphne discutían con Harry y George quienes querían entrar a ver a Leah mientras que Pansy intentaba coquetear con Fred quien se aburría esperando.
—Oh, ahora entiendo porque no dejabais entrar a nadie.— murmuró Hermione quien se encontraba con Ron en un lado de la puerta.

—Entonces intenta entender menos y deja de molestar a los demás, sangre sucia.— las palabras de Draco fueron como un escupitajo que sorprendió a muchos, más a sus amigos quienes sabían claramente que no había ido bien.

—Iré a ver que le ocurre...— murmuró Pansy siguiendo al chico sin ni siquiera ver como estaba su amiga.

—Drama, drama, drama... ¿no? Okey, ya me callo.— empezó a decir Fred emocionado, pero al ver que nadie hacia nada, ni lo apoyaban, paró y se cruzó de brazos esperando que alguien reaccionara.

En el momento que Harry iba a preguntar que diablos había sido eso, Leah salió de enfermería con cara de haber vomitado los siete mares.
—¿Qué hacéis todos aquí?— preguntó ella.

—Para nada venimos a ver como estás.— respondió el mismo gemelo en tono sarcástico ganándose caras molestas de George.

—¿Qué tal te encuentras? ¿No deberías estar descansando?— le preguntó Harry cambiando de tema.— Te ves...
—Horrible.— interrumpió Ron ahora ganándose un golpe seco de Hermione con el libro que llevaba encima.— Perdón.

La chica negó y empezó a caminar sin decirle nada a nadie hacia su sala común.
—No voy a insistir, se nota que necesita una buena siesta.— dijo George levantando sus manos en forma de rendición mientras se iba junto con Fred en el lado contrario.

—Pues yo quiero hablar con ella...—  empezó a decir su hermano, que pronto fue parado por su amiga castaña.
—Creo que George tiene razón, claramente ha pasado algo con Draco y necesita tiempo.—  dijo esta, provocando miradas raras entre Ron y el azabache.

Cuando Hermione les habló a sus amigos, Daphne, Theo y Blaise decidieron seguir a la chica para averiguar que había pasado entre ella y Draco. Que seguramente no fuera nada, pero ambos eran tan dramáticos que alguna tontería les había molestado.

—Leah... ¿dónde vas?—  le preguntó Daphne al ver que esta se había parado en medio del pasillo a unos pocos metros de la sala común de Slytherin, mirando un punto fijo.

Tanto Blaise y Theo miraron raro al platinado conversando con Pansy de una manera bastante apegada, ambos decidieron ir con este y separarlos en el proceso, quedándose la pelinegra sola.

Cunado Pansy fue con sus amigas, la felicidad de aquel momento era demasiada. Tanta, que Leah ya se temía lo que podía ser.
—¡Chicas! No os lo vais a creer, Draco me ha invitado al baile de Navidad.

Daphne miró a Leah quien sonrió hacia su amiga.
—Me alegro mucho por ti, en serio, pero, me lo cuentas mañana, me duele la cabeza así que iré a descansar.— dijo antes de entrar a la sala común y dirigirse hacia su cuarto.

¿Le dolía la cabeza o el corazón? Leah no lo sabía, pero prefirió dormir durante todo el día para olvidar aquel día en general.

you're my story (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora