Never Forget Me - Bruce Wayne

33 𝐇𝐞𝐫𝐢𝐝𝐚𝐬

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Por la tarde Bruce y yo decidimos ver una película para matar el tiempo. Yo reposaba mi cabeza en sus piernas mientras que él acariciaba mi cabello.

- Emily

- mgh - quedó un silencio así que voltie a verlo - qué ocurre?

- ven, sígueme - al decir esto me levanté igual que él y me llevó por el pasillo, subió por unas escaleras y después entramos a otro pasillo, no había conocido estos sitios de la mansión. Entramos por una puerta un poco alta y grande de madera oscura, casi negra. Él lugar estaba oscuro, vi como camino hacia lo que parecía ser unas cortinas y dejó entrar la luz porfin dejando admirar el lugar. Filas grandes de libros abundaban el lugar, parecía que no se utilizaba hace años pero era precioso, por la esquina de lado derecho había un piano, lo cuál me emocionaba.

- Bruce... Wow, yo no sé qué decir - dije asombrada, él solo sonrió y me tomó la mano.

- este lugar era muy especial para mí madre, amaba la literatura, cuando no la encontraba sabía que estaría aquí, probablemente leyendo un libro de romance sentada en el sillón mientras tomaba una taza de té. Amaba tocar el piano, decía que el sonido de cada mezcla entre teclas armónicas eran capaces de adentrarse en lo más profundo de uno mismo.

- oh Bruce - hablé feliz mientras lo abrazaba - ella está muy orgullosa de ti, al igual que yo - comenté, él solo asintió algo nostálgico y después lo guíe hacia el piano para poder enseñarle, sacudi un poco el polvo con la palma de mi mano y empece a tocar cada tecla, la melodía "quiet resourse " de Evelyn Stein

sonó por todo el salón mientras Bruce se recargaba en el gran instrumento mirando con orgullo. Después se me unió y cada quien empezó a tocar, el uno al otro, sintiendo como cada sonido entraba por el alma y reparaba aquello que se encontraba profundamente roto.

...

El viento corre con fuerza y la noche es más oscura bajo la luna. Apoyo mis codos y recargo mi rostro en mis manos esperando en la guarida a que Bruce llegué. Hace varios días no iba a patrullar por la noche, así que hoy salió. Era la hora en la que siempre volvía sin embargo, no había presencia de él.

¿Y si le pasó algo? No dejaba de preguntarme, me abrume tanto pensando en hechos terribles que le pudiesen ocurrir que sentía punzadas en mi cabeza. Estuve esperándolo por toda la noche, Alfred me dijo que fuera a dormir y le obedeci, pero no lograba obtener bastante sueño como para caer rendida.

- sigue despierta? - habló el mayor detrás mío asombrado y a la vez cansado, pues ya era muy noche y ambos necesitábamos descansar.

- lo siento Alfred, necesito ver con mis propios ojos su llegada - contesté algo preocupada, él me dio una mirada amable mientras se acercaba - oh Alfred ¿y si algo malo le pasó? No puedo más con la angustia

El mayordomo me abrazo tratando te tranquilizarme.

- tengo miedo

- miedo a qué señorita Wilson?

- miedo a perderme, Emily? - la voz que tanto anhelo escuchar hace presencia cerca nuestro, de inmediato lo abrazo y él me resive. Me rodea con sus grandes brazos y tengo que estar de puntitas pues es más alto que yo. Al separarnos, posiciona sus manos en mi cintura y yo acarició con el pulgar su
pómulo - no me ocurrira nada, tampoco a ti te ocurrira nada, lo prometo, y tu sabes que yo jamás rompo una promesa. Ven, vamos a dormir - habló Bruce mientras tomaba mi mano y nos guiaba al ascensor - gracias por cuidarla Alfred.