Capítulo 3

58 5 0
                                    

-Mamá Nena iré al centro un rato, quiero caminar un poco y buscar los medicamentos.
-¿Quieres que vaya contigo?
-No, está bien iré yo.
-¿Segura, no quieres que vaya contigo?
-Segura, quiero distraerme un rato.
-Está bien cariño, lleva tu teléfono y si necesitas cualquier cosa, llámame.
-Lo haré; te amo.
-Te amo cariño.

Tomé mi bolso y mi teléfono, salí y fui caminando, estaba algo lejos pero necesitaba el aire fresco y el sol en mi rostro.

-Ciao buon giorno!
-Boun giorno.
-Sono venuto un paio di giorni fa per questo medicinale ma non lo avevano.
-Disculpa ¿Hablas otro idioma?
-¡Hablas español!
-Sí, note tu acento.
-Lo siento, soy nueva.
-Está bien... ¿Qué medicamento necesitabas?
-Este.
-Déjame revisar en el sistema.
-Gracias.

Vi un par de mamilas en el aparador de la farmacia y no pude evitar emocionarme al verlos.

¿Podrías darme esas mamilas?
-Claro.
-Gracias.
-... Aquí tienes tu medicamento.
-Gracias.

Pague y estaba a punto de salir cuando el chico de la farmacia me alcanzó y me habló.

-¡Espera!
-...¿Si?
-Esto podrá ser extraño pero ¿Podrías decirme tu nombre al menos?
-Mariana, me llamo Mariana.
-Mariana...

Me salí de la farmacia y me fui a ver algunas tiendas y a comprar algunas cosas que me hacían falta; seguíamos comprando cosas para la casa, para la universidad me faltaban cuadernos y sketchbooks.
Me dio algo de hambre y entré a un restaurante y pedí una ensalada y pizza, no había tenido antojos de nada hasta ese momento que me dio el delicioso olor de la pizza, como no podía tomar vino pedí una Coca~Cola. Entro una llamada a mi celular de un número desconocido pero era de Nueva York y la única persona que conocía en esa ciudad era Sebastián.

-¿Hola?
-¿Ya te olvidaste de mí en tan poco tiempo?
-¡Sebastián! Por supuesto que no me olvido de ti no seas tonto.
-¿Cómo estás?
-Bien, adaptándome a Italia... ¿Y qué tal Nueva York?
-No es lo mismo sin ti, pero no está mal.
-Me da gusto escucharte tan bien.
-...Tú también te escuchas bien...

¿A quien queríamos engañar? Ninguno de los 2 estaba bien, nos conocíamos perfecto y sabíamos que no estaba nada bien.

-¿Sebastián recuerdas que en mi habitación tenía una foto de la Piazza del Duomo?
-Sí obvio.
-¿Adivina en donde estoy?
-¿En serio estás ahí?
-¡Sí y es hermosa!

Al principio fue difícil entablar una conversación pero, después todo fluyó normal, pensé que sería más difícil hablar con él sabiendo que estaba embarazada y Sebastián no tenía ni idea que sería papá. Después de como una hora colgamos ya que por la diferencia de horas Sebastián se había levantado a las 4:00 am para llamarme.
Volví a casa con las cosas que había comprado y mi medicamento para el embarazo.

-¡Mamá Nena, volví!
-Bienvenida cariño.
-Gracias.
-¿Como te fue?
-Bastante bien, me hacía falta tomar algo de sol y aire fresco.
-Que bueno cariño, déjame ayudarte con eso.
-Pase al centro comercial a comprar algunas cosas; al parecer los antojos empiezan a parecer.
-¿A si?
-¿Qué se te antojó?
-Helado y galletas.
-¿Nada de fruta?
-No, por ahora no... Sebastián me llamó.
-¿Qué te dijo?
-Hablamos de nuestra nueva vida, está en Nueva York, instalándose en su nuevo apartamento.
-Cariño se que te lo he preguntado muchas veces pero ¿Estás segura que no piensas decirle nada del bebé?
-Y como te lo he dicho muchas veces, no le voy a decir nada de mi bebé, yo me haré cargo de este bebe sola.
-¿Y tus padres; ellos tampoco lo sabrán?
-Se los dire, pero no ahora.
-Mariana en poco tu vientre comenzará a crecer y no podrás ocultar el embarazo, tus padres te apoyarán igual que yo lo hago cariño, además Luca se pondrá muy feliz de convertirse en tío.
-Mamá Nena, tengo 17 años, estoy embarazada de mi mejor amigo y vivo del otro lado del mundo viviendo una parte de la vida que siempre soñé... ¿Podrías dejarme disfrutar de esto por lo menos unos días más?
-De acuerdo, ya no te dire nada; tú sabrás cuándo decirle a tus padres y cuando estés lista yo estaré apoyándote.
-Gracias mamá Nena.
-Te amo mi niña.
-Yo a ti.

3 MESES DESPUÉS

Primer día de clase y tres meses se embarazo, apenas empezaba a notarse un poco de inflación en mi vientre, como si estuviera en mis días, mi ropa me que guía quedando bastante bien pero, para mí primer día decidí usar un vestido negro pegado y unos tenis blancos, me recogí el cabello en un chonguito bajo y me maquille un poco, era un buen día ya que no había amanecido con náuseas y si con hambre.

La hija de mi mejor amigoWhere stories live. Discover now