Capítulo 4 - algo de amor en las nubes -

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El grupo se alejaba de la ciudad encima de la meseta para profundizarse en la selva amazónica, junto a un delgado rio que bajaba desde la meseta. Observaban con sorpresa la naturaleza del mundo humano, y se asombraban del cómo era.

— Creo que los demonios hemos hecho bien nuestro trabajo de proteger la naturaleza —dijio Demira mirando los pájaros cantar y volar de árbol en árbol.

— No deberías confiarte demasiado Demira —le dijo Terion—, hay regiones habitadas por humanos y no son en nada parecidas a este lugar.

— Como sea debemos disfrutar de este ambiente, y los más importante de todo es que podremos seleccionar a nuestros Ajagar.

— No tanto así —continuo Terion tomando su libreta y leyendo de ella—, se dice que un Ajagar no lo seleccionas.

— No entiendo que importancia tienen los Ajagar —dijo Tarik con expresión de fastidio.

— En realidad, lo demonios como seres únicos nacemos con el espíritu incompleto, menos de la mitad, mientras crecemos el vacío de nuestro espíritu se llena con el Sunjeki que nos otorgan los dioses.

— Sigo sin entender que tiene que ver con los Ajagar.

— Cuando terminamos nuestro desarrollo como Demonios el Sunjeki se vuelve parte de nuestro cuerpo dejando nuestro espíritu casi vacío de nuevo, en el caso de los Ajagar ellos tienen sobra de espíritu, para mantener la vida equilibrada debemos recibir parte de su espíritu dentro de nosotros salvando nuestras vidas en un acto reciproco.

— Bueno... solo tenías que decir que, si no lo hacemos, morimos... de todas maneras todo esto es una perdida de tiempo, algo que no necesitamos y es inútil.

— ¿Cómo puedes decir eso? —le dijo Demira con regaño.

— Miren, ahora mismo deberíamos estar en búsqueda de Rebellhis, cada minuto que perdemos haciendo estas estupideces es un minuto que él podría aprovechar para destruir otra ciudad.

— Aun, así, Rebellhis no ganara esta, no tiene forma de encontrar al rey, necesitara algo que inventarse para avanzar.

— Eso no importa, —dijo Tarik con mas rabia— el tiempo que nosotros perdemos el lo aprovechara para hacerse mas fuerte, si lo logra nos destruirá a todos y la guerra entre demonios y ángeles podría terminar, y les puedo prometer que nosotros no tendríamos la victoria.

Un momento de silencio se hizo presente entre ellos, hasta los animales cerca y la corriente del rio parecieron enmudecer, se miraron seriamente Tarik y Demira.

— Encontrar a nuestros Ajagar nos hará más fuertes —le dijo Demira poniéndose firme—, el compartir espíritu con ellos nos dará energía y fuerza mas de la que ya tenemos.

— No, eso no los hará mas fuertes, solo mas imbéciles... todos esos dones son producto de un regalo, nada lo obtuvieron con esfuerzo, eso, los hace aun mas débiles, los hace mediocres.

— No importa, si no deseas tener tu Ajagar y morir, está bien, debemos continuar.

Terion, Demira y Saria voltearon y comenzaron a avanzar, pero se detuvieron al escuchar y darse cuenta de que Tarik avanzaba en contra de ellos. Voltearon y lo vieron subirse sobre el tronco cortado de un árbol y sentarse sobre el mismo de modo meditante.

— ¿Qué se supone que haces? —le pregunto Demira.

— Ustedes pueden ir a perder el tiempo, cuando el momento llegue serán destruidos por Rebellhis, yo vi su poder y ustedes no son rivales.

Escuadrón Infernal - La corona de fuego -जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें