Capítulo 5: Veneno

144 22 3
                                    

—Acuéstate con Nessa. —Fue su respuesta.

Fue una burla en mi cara al darme su propuesta con la finalidad de conseguir lo que la otra selkie desea de mí, lo peor de ello, es que al parecer conocieron a Gemma pero por su leve descripción no me asegura si puede ser ella u otra criatura más de la que desconozco su existencia, además, tengo la seguridad de que su propósito de todo esto sea irrumpir con mis valores y sacar provecho de un objetivo que aún no he tomado en cuenta.

—No, no haré eso. —Me dispuse a decir sin importar el riesgo que tomara.

— ¿Seguro? —Ronan elevó la ceja.

—Totalmente seguro. —Manifesté antes de volver a irme.

—Pierdes mucho, y eso lo sabes. —Prosiguió en decir. —Te daríamos detalles de tu mate la cual te interesa saber si ella sigue con vida o ha pasado a otra. —Bufé.

—No tengo seguridad de tus palabras. —Declaré. —Y no me arriesgare.

Una vez intente hacer una locura teniendo que pedirle a Neferet un favor, en donde si no reacciono rápido, hubiera acabado con la vida de Gemma y la mía, eso sin añadir que, sacrificaría a un cachorro del que no tenía la culpa de mis problemas con la muerte de mi mate. De esa experiencia, aprendí a no confiar en todas las criaturas sobrenaturales y brujas que encontrará en mi camino, fue suficiente con saber que todo tiene un precio en lo que buscas, pero aunque me duela tener que desistir en esta propuesta al no tener información de Gemma, prefiero eso antes de imaginar que nada es una trampa.

—Oye, guapo.

Enarqué la ceja al escuchar como Nessa se refería a mí, pero al querer ponerle un alto en el instante en que me daba la vuelta, sentí pronto unos labios fríos posicionarse sobre los míos, el beso fue tan corto que la aleje de mí y tranquilice mi lobo interno que estuvo a punto de salir al ver que seguía insistiendo en algo que no quería, no dije ninguna palabra para no empeorar la situación, solo me restregué el dorso de mi mano sobre mis labios como limpiándome aquel rastro que ella quiso dejar en mí.

—No vuelvas a hacer eso. —La amenace.

—Oh claro, veras que pronto, me pedirás más. —Se mofó de mí.

Dejé ir un gruñido pero tomé la decisión de marcharme si no quería causar problemas, le di la espalda y salí corriendo lo más rápido que pude para que no me alcanzará a fin de que hiciera una tontería como esa, estoy seguro que no volveré al lago hasta que ellos se hayan marchado, porque si son tóxicos con solo tenerlos de cerca, no me quiero imaginar lo peligrosos que suelen ser al tenerlo acorralado. No me sorprende que muchos hombres y mujeres hayan caído en sus brazos solo por probar la tentación, pero estoy seguro que hasta eso, tuvo su precio, por lo que será mejor, olvidar lo sucedido y volver a las tareas que he dejado pendientes.

(...)

Horas después de haber llegado a mi hogar, me puse a trabajar en lo que más pude, quise concentrarme en la cantidad de madera que deberé distribuir este año en varios países pero el cansancio ya me estaba venciendo, además, la cena no fue mucho de mi degustación cuando rechace la oferta de los selkies haciendo que nuevamente no tuviera nada de información de Gemma, estoy seguro que pronto la tendré de una manera más sencilla sin tanta trampa en el camino, solo tengo que ser un poco más paciente de lo que ya he sido.

Siento una extraña pesadez en mi cuerpo que no permite que pueda seguir manteniendo los ojos abiertos, además, mi piel parece estar en llamas al tener calor y sentir como mi espalda empieza a sudar; mi concentración se aleja de mi trabajo a punto de tener una incomodidad que ya no me permite seguir avanzando con mis responsabilidades cotidianas, no obstante, al acariciarme el cuello mientras cierro los ojos, una sucesión de imágenes vagas cruzan en mi cabeza haciendo que me resulte extraño, añadiendo que, no comprendo cómo es que no me siento a gusto conmigo mismo.

La Venganza del AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora