𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟑

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[ Amy Rose ]

Eran las 8:00 cuando me desperté a tomar el desayuno. Sonic se había quedado a dormir en mi casa, en mi sofá. Se le veía muy cómodo desde la vista que me proporcionó mi cocina. Ahí descansando tranquilamente, ayer recuerdo que hablábamos de que íbamos a ir al trabajo. Y por la mañana me generó un poco de risa. Debido a que no trabajaba el día de hoy, si no hasta mañana, lo que no había recordado ayer, debido a que estaba cegada y distraída con todo el presunto asunto que había causado.

Continué haciendo el desayuno. Sería para ambos, coloqué agua en la cafetera y pan en la tostadora.

(...)

Traté de hacer el mínimo ruido posible para no despertarlo. Era la primera vez que lo veía dormir, tan tranquilamente, recostado sobre mi almohada morada y mi frazada de tigre. Aunque a la vez era algo gracioso.

Aunque...

¿Y si al despertar...Se iba?
Bueno, está claro pero...
Me refiero a si, se iba de la nada. Quizá apenado, o molesto.

Y eso inquietó mi corazón.

• 이후 시간 •

[ Sonic ]

El olor a waffles hizo que me despertara, parpadeo un par de veces, tallo mis ojos y me encuentro en una casa que no es la mía. Giro mi cabeza a la derecha izquierda y me doy cuenta que estoy en casa de Amy.

Está tan ocupada poniendo las cosas en la mesa que me doy cuenta de que no se ha percatado de que me eh despierto.

Recuerdo todo lo que le dije ayer. Me mantengo sereno, observándola.

Hasta que me acuerdo.

¡¡ESTOY EN CASA DE AMY!!

Me levanto de inmediato. Amy se percata de mí. Deja los platos en la mesa sin dejar de verme, después me sonríe.

—Buen día. ¿Haz dormido bien? —Me pregunta.

—Ah, sí —respondí dejando el cobertor sobre el sofá, me acerqué poco a poco— Huele muy bien.

—Sí, siéntate. Eh hecho para los dos.

Sonreí nervioso y recorrí la silla para sentarme. Trajo una taza con agua caliente para mí y otra para ella.

—¿Hoy no íbamos a ir a trabajar?

—No, ayer con todo lo que pasó. Olvidé por completo comentarte, iré hasta mañana. Lo que sucede es que aún no me dan bien mi horario de trabajo.

—Ah, ya. De acuerdo —coloqué una cucharadita de café en la taza y la revolví— ¿Tienes planes para hoy?

—En este momento no.

—¿Te gustaría salir a dar un paseo improvisado?

Ella sonrió ante mi idea.

Más tarde.
(...)

Amy llevaba un vestido verde estampado de flores de margaritas. Un vestido de tirantes muy bonito, y unas zapatillas blancas causales. Mientras que yo solo me había cepillado bien los dientes y enjuagado la cara. Ya que estaba en su casa cuando salimos.

Ella no mencionó hasta el momento todo lo de ayer. Solo caminábamos por la plaza, le invité una barquilla de helado y seguimos conversando. A decir verdad, era una...Cita. solo que no sabía cómo decirle. Lo quise llamar como una salida común y corriente.

Después de todo. No me podía hechar para atrás, me dije que no lo haría. Su compañía me resultaba muy agradable. No sabía que era algo que...en el fondo necesitaba.

Una cita con una chica.
Con una que aprecio mucho.

—¿Y qué cuenta Tails?

—Amy, hace tan solo dos días que no lo ves.

—Suena muy lejano dos días. Pueden ocurrir muchas cosas en cualquier instante.

—Ya, pues para contestar tu pregunta, sigue haciendo planos para su próximo proyecto.

—¿Algo brillante?

—Lo hace a plena luz del sol. Puede que sí.

—Chistoso —dijo con ironía— ¿Algo que me cuentes nuevo sobre tí?

—Que siento muchas cosas.

Me detuve para mirarla. Estábamos en la galería de arte, en la parte de arriba de la plaza, al aire libre.

—...¿Cómo qué?

—No sé. Siento que algo nuevo. Lo iré descubriendo. Eso parece.

Amy asintió.

De inmediato, apartó la mirada de mí para ver el hermoso atardecer que se presentaba para ambos, sonrió y murmuró lo bonito que le parecía. Desde aquí arriba, todo era más bonito.

—¡Hay que tomarnos una foto!

—¡Que salga el atardecer! —sugerí yo.

Amy sacó su móvil de su bolso y estiró la mano una vez que lo configuró para tomar la foto.

No sabía que hacer con mis manos, si déjalas abajo, si posarlas en su hombro. O sí hacer una seña típica de los dos dedos índice y medio hacia arriba. Que más da.

Rodeo su hombro con mi mano derecha, sonrió, y mi mano hace de las suyas en la seña esa.

1...2...3

El teléfono había retratado a ambos.

—¡Ay, me encanta! Es una foto muy bonita, me gusta y el atardecer es perfec-...

La besé.

Sus manos subieron a mis hombros, y yo rodeo su cintura con mis manos.

Al carajo, después de todo estabamos solos y quería que ella realmente viera que no era una farsa, el hecho de que me gustaba. Sí. Me gustaba, la quería querer.

La quería saber querer como era.
Era un momento perfecto. Solo nosotros dos. Arte, música clásica, y un atardecer.

Supe que ella y yo nos llevaríamos un bonito recuerdo de este día.

♡Continuará..♡

𝗕𝗹𝘂𝗲 & 𝗬𝗼𝘂Where stories live. Discover now