× Capitulo Único ×

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Nota: Está historia transcurre después de que los Monstruos rehicieron sus vidas en la Superficie.

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Era una noche lluviosa, Grillby se encontraba echando desperdicios a una enorme bolsa de basura que pensaba sacar en cuanto la llovizna terminara, mientras esperaba llamó a su hija para decirle que llegaría tarde a casa y también que no se desvelara viendo ese programa que le recomendó Alphys.

Cuando la lluvia terminó pudo sacar esa enorme bolsa llena de porquería para echarla a un Contenedor de Basura y cuando estuvo a punto de entrar al Bar un aroma a humo rancio hizo que se detuviera en la entrada, le recordó bastante al olor de un cigarro.

¿De dónde venía? No pudo soportarlo más, así que comenzó a buscar de dónde provenía ese aroma que mataba pulmones, pero que para él solamente era un molesto olor que irritaba a sus candentes Fosas Nasales que no eran para nada visibles.

Mirando la Calle Nocturna pudo encontrar a una Monstruo Conejo del otro lado de la calle con un sombrero con agujeros para que sus orejas pudieran salir y traía un largo vestido amarillo de tirantes, pero lo más importante es que estaba fumando.

Pudo reconocerla después de unos segundos, se trataba de la hermana de la Señora Coneja que era dueña de la Posada de Snowding, a pesar que sus establecimientos estaba ubicados en la misma ruta, nunca tuvo la oportunidad de poder conocerla mejor.

Ni siquiera sabía cómo se llamaba, tampoco había entrado ni una sola vez a su tienda a comprar una Galleta de Canela, tanto era su atención en ella que incluso ésta se dio cuenta de su presencia.

«Disculpa Grillby, ¿Te molesto con el humo?» Se quitó el cigarro de la boca con dos de sus dedos de la mano derecha, dejando escapar al hablar un poco de humo.

La miraba como unos nervios que no se notaba mucho al no tener Rasgos Faciales, pero es que ver como una medio desconocida le estuviera dirigiendo la palabra lo ponía un poco inquieto.

«No realmente, solo me llamó un poco la atención, pero me gustaría saber que hace usted por la calle a esta hora» Habló manteniendo una actitud calmada.

«No quiero que mi tienda se le pegue el olor a cigarro, sino Woshua me podrá una demanda por Infracción de Higiene» Respondió con una voz raposa pero serena.

«De acuerdo, ¿Te importa si te acompaño?» Preguntó mientras veía a la coneja, enserio estaba interesado en saber más de ella.

En eso vería como ella se sentaba en los escalones que llevaban a la entrada de su tienda para después señalar a un lado de ella mientras botaba el cigarrillo, estaba invitándolo a qué se sentara también, Grillby simplemente hizo lo que ella le pedía.

«Es raro que me hables Grillby, nunca lo había hecho cuando estábamos en el Subsuelo» En eso él se pondría un poco tenso.

«Supongo que estaba demasiado metido en mis asuntos» Sentía que era como una de esa situaciones en la que conoces casi toda la comunidad en la vives, pero solamente interactúas con algunos cuantos.

«No te culpo, tampoco es que yo hablase mucho contigo» Soltó una suave risa mientras cerraba los ojos, entonces comenzó a llover nuevamente.

«Esto sonará cliché pero, ¿Te gustaría tomar algo? Si es que quieres» Miró hacia otro lado mientras sentía irritación por las gotas de agua que caían en su cuerpo.

En eso la coneja puso una sonrisa seguido de ponerle su sombrero para que se protegiera un poco de la llovizna, haciendo que éste se sorprendiera por su acto.

«De acuerdo» Aceptó mientras mantenía su sonrisa.

La verdad es que Grillby todavía no quería despedirse de ella, en cuando estuvieron en le preparó una bebida suave, pues ella no quería tener una resaca porque tenía que trabajar mañana.

«Dime, ¿La Rockola ahora sí sirve?» Señaló a la Máquina Musical, eso había sido un tanto bromista de su parte.

«Esta sí que sirve de verdad» Miró como ella encendía la Rockola haciendo sonar la primera canción que rápidamente cambió a la siguiente.

«Me gusta esta canción» Ella comenzó a menearse lentamente de un lado a otro cerrando los ojos para sentir la canción en su cuerpo «¿Bailas?»

«No mucho, pero sí puedo» Extendió su mano hacia la coneja de vestimenta amarilla, ella pareció dudar por un momento pero la tomó de todos modos.

Ella pensaba que se quemaría al tomar la mano del contrario, pero solamente sintió una calidez que no hacía daño a su palma, mientras que para Grillby tomar la mano de la coneja se le era bastante suave por su pelaje que la cubría completamente.

Ambos bailaron esa canción que sonaba de la Rockola como si se trata de un Baile de Salón, Grillby no quería soltarse del suave agarre de la contraria, pero decidió su celular interrumpirlos, al ver que se trataba de una llamada de su hija contestó de inmediato.

«¡Papá! ¡¿En dónde estás?! ¡¿Sabes la hora que es?! ¡¿Por qué aún no llegas?! ¿Acaso te secuestraron de camino a casa? ¡No me digas que te llevaron a Latinoamérica!» Expresó Fuku Fire alarmada.

«¡Calma! Estoy bien, solo que me quedé en el Bar porque comenzó a llover y te prometo que ahora sí iré a casa pero, ¿Qué haces tú despierta a esta hora?» Y en eso Fuku Fire cortó la llamada.

Ahora se supone que debía despedirse de su nueva amiga, se le era un poco extraño que haya conseguido un amigo en menos de 24 horas, pero tampoco se estaba quejando.

«Debo de suponer que esto es un hasta luego» Ella sonrió tomando su sombrero de la cabeza de Grillby.

«Pero podríamos contactarnos, si es que tienes un celular. Además que tu tienda queda básicamente del otro lado de la calle» Miró a la ventana, ella volteó a mirarlo.

«¿Me das tú número?» Así que Grillby le dictó su Número Telefónico mientras ella lo anotaba en su mano usando un marcador que sacó de los bolsillos de su vestido.

Con eso ella se despidió de él y salió del Bar, Grillby no podía esperar a cuando volvieran a verse, lo único malo de todo esto es que ella en ningún momento hizo una mínima mención de su nombre y eso era un problema para él.

¿Por qué no se lo preguntó cuándo estuvo con ella? Pensaba que de haber hecho eso podría arruinar el agradable momento que estaban teniendo, podría preguntárselo a su hermana, pero no tenía idea en donde vivía ahora que estaban en la Superficie.

Posiblemente su hija sepa su nombre, ella se la pasaba comprando a menudo Galletas de Canela en su tienda, pero podría malinterpretar las cosas, ¿Y si se lo preguntaba a Sans? Básicamente conoce a todos los Monstruos que vivían en Snowding.

Realmente no importa a quién se lo preguntara, pero a la próxima que se encontrará con ella sabría su nombre y dejaría de sentirse incómodo por esto.

¿Cuál es tú nombre? l Undertale lDonde viven las historias. Descúbrelo ahora