Cuentos Cortos

Regalos

Tengo cuatro regalos guardados en mi mesa de noche.

En orden de valor monetario: una cadena de oro con tres dijes del mismo metal, una pulsera, delgada, también de oro, un dibujo y una tapita o chapita rosada con un sticker sucio y medio roto de una mala serie nacional.

En orden de valor sentimental:
Una tapita que me dio una niñita de cinco años tras una semana que pasé en su pueblito en la que jugué todas las tardes con la pequeña. Sus únicos juguetes eran dos tapitas de colores con esos desastrosos stickers. Me regaló la que tenía el sticker en mejores condiciones, negándose a aceptar un "no" como respuesta.
La pulsera de oro, obsequio de mi abuela a quien admiro más que a nadie en el mundo, adoro con locura y quiero de manera indescriptible. No supera a la tapita pero tampoco es superada por esta. Su valor es incomparable.
El dibujo, regalo en broma de mi mejor amiga. Está acompañado con una lista de estúpidos planes que me roban siempre una sonrisa y me recuerda que hay amistades que simplemente, te marcan.
La cadena... me la dio alguien para quien fui importante y quien fue a su vez importante para mí. No está al final porque no la valore, sino porque valoro a los demás regalos aún más.

Y, aunque suene extraño, muestro con mucho más orgullo y cariño, una sucia chapita a una cadena de oro.