- Ice Cream -(Kimchay)

489 46 2
                                    



Porchay estaba sentado en aquella colorida heladería, las plásticas mesas blancas hacían juego con las sillas mientras las paredes, manchadas en pinturas de todos los colores, dejaban a la vista diferentes cuadros de niños comiendo helado de sabores. Él no era fanático del helado, realmente lo odiaba, pero de alguna forma estaba allí, de nuevo, comiendo un gran helado banana Split y chocolate. El lugar estaba bastante lleno, siendo sábado por la tarde era común ver parejas jóvenes o matrimonios con sus hijos disfrutando de los helados artesanales. La música que sonaba por los parlantes le recordaba al pelinegro las viejas películas de terror, aquellas donde un heladero diabólico hacia rodar su enorme camión de helados por las calles solo para atraer a los inocentes niños.

A él definitivamente no le gustaba el helado, pensó mientras miraba su ya derretido vasito. ¿Por qué seguía gastando su dinero allí? ¿Por qué iba tantas veces a la semana? Se sentía un tonto haciéndolo. Lo peor de todo era que ese sitio lo volvía un mentiroso, lo sabía. Él decía a su madre que volvía tarde de la escuela porque tenía trabajos que terminar, o algún amigo lo invitaba a su casa, pero eso no era cierto.

-¿Cómo está tu helado?- dijo una alegre voz, alzo la mirada viendo al atractivo chico frente a él.

Él era el motivo.

Trago nervioso mientras lo veía, sus ojos como platos por la cercanía del mayor. Kim, como decía su etiqueta, era un joven amable y sonriente que trabajaba en la heladería a tiempo parcial. Él lo había visto semanas atrás cuando uno de sus compañeros le insistió en visitar esa nueva heladería que le aseguraban "era increíble", pero para Porchay lo único increíble había sido ese chico.

Kim era alto, con un cuerpo ligeramente tonificado, su cintura se veía esbelta bajo aquella camisa blanca con rayas verticales color celeste, el verla perderse dentro de aquellos ajustados pantalones blancos y sobresalir libremente, como si de una bolsa se tratase, le fascinaba. Los brazos del mayor estaban descubiertos desde los codos, dejando ver lo tonificados que estaban. Chay no podía dejar de notar su rostro, tenia rasgos más marcados y filosos. Su peinado era llamativo también, teniendo el cabello oscuro cayendo hacia atrás como una cascada, le intrigaba.

El chico movió sus labios, aquellos acolchonados labios que le hacían tener fantasías de todo tipo, el hizo una mueca semejante a una sonrisa. Chay pestañeo perdiéndose en el bello rostro ¿Estaba hablándole? Subió sus ojos hacia los contrarios y un ligero tintineo se oyó. Definitivamente estaba hablándole.

-¿Dijiste...algo?

-pregunte si querías un vaso más grande- el chico señalo el vaso sobre la mesa, este había empezado a mancharse por el helado derretido que ligeramente se deslizaba hacia la mesa- estas...haciendo un desastre.

-oh lo siento- se abalanzo sobre la mesa buscando las servilletas de papel que estaban en el recipiente del centro, la vergüenza lo domino- lo siento.

-tranquilo- soltó Kim inclinándose sobre la mesa, su palma se apoyó en la misma mientras se estiraba hacia las manos del pelinegro deteniéndolas. Cuando Porchay sintió el calor ajeno sobre sus manos se congelo, lo miro de reojo sintiéndose paralizado- yo puedo hacerlo.

Porchay sintió como la mano contraria se apartaba y se apresuró a quitar sus manos y deslizarlas hasta quedar sobre su regazo. Miro la mesa fijamente mientras lo observaba tomar servilletas y comenzar a limpiar.

-¿Acaso no te gusta el chocolate, o es el banana Split?- Chay alzo la mirada confuso ante esas palabras, vio como una sonrisa tiraba de los labios contrarios mientras veía hacia la mesa- aunque, ahora que lo pienso, nunca terminas tus helados.

-solo...no tengo apetito.

-y una así pides helado, cada vez- Kim detuvo su mano viéndolo de lado- he visto la cara que pones al probarlo, juraría que no lo disfrutas.

-no soy...un gran fan del helado- admitió, no podía mentirle, de alguna forma sentía que la mirada ajena lo sometía, obligándolo a ser sincero.

-pero sigues viniendo por mas ¿No es raro eso?- Kim termino de limpiar, acumulo las servilletas en el borde de la mesa y se giró hacia él, la sonrisa en sus labios paralizaba al pelinegro- cualquiera pensaría que no es por el helado que vienes tan seguido.

Porchay se congelo ¿Acaso lo había descubierto? La idea de ser atrapado lo asustaba ¿Se burlaría de él, pensaría que era un chico tonto? Él sabía que Kim era mayor, lo había escuchado hablar de sus clases de la universidad con otro de sus compañeros, el chico debía ser al menos tres años mayor. Eso sin mencionar la cantidad de chicas- y chicos- que diariamente venían a coquetearle ¿Estaba perdiendo su tiempo?

-aunque...-continuo el mayor inclinándose hacia él, su voz volviéndose un tono más baja- si así fuera, me encantaría ser el motivo.

-¿Eh?

Porchay lo vio de frente, sus ojos ampliados, su boca abierta ¿Era en serio? Escucho a Kim reír y se recompuso, cerró su boca y pestañeo varias veces hasta verse tranquilo de nuevo. Sabía que sus mejillas se habían puesto rojas, su rostro ardía y la pena estaba cubriéndolo demasiado rápido ¿Qué esperaba? El chico lo había descubierto y seguro se reía de él, a costa de él. Bajo la mirada a sus manos sintiéndose el chico más tonto ¿En serio imagino que lo vería? La risa del mayor se detuvo y sintió como se inclinaba más hacia él.

-¿Cómo te llamas? –dijo de golpe captando su mirada de nuevo.

-Porchay- dijo sin pensarlo, el mayor asintió dejándole ver una sonrisa amable.

-bien, ya regreso Porchay.

El pelinegro lo vio tomar las servilletas de papel y alejarse, siguió con la mirada sus movimientos hasta perderlo detrás de la barra, era la puerta del personal. ¿Por qué le pregunto su nombre? ¿Por qué le dijo que regresaría? No entendía nada. Sintió la urgencia de salir de allí, quería irse, dejar de pensar en ese patético momento que había pasado y no regresar más. ¿Qué caso tendría? El chico sabía que iba por él y se había reído en su cara, nada bueno iba a salir de eso.

Se giró hacia su mochila que descansaba en la parte trasera de su silla y revolvió dentro para buscar su teléfono. Ya era tarde, otra vez se había distraído por estar allí viendo al mayor, su madre lo mataría. Se preparó para levantarse y salir de allí, no quería ver a su alrededor en caso de que alguien estuviera riéndose de él.

Sintió una fuerte presencia a su lado y alzo la mirada, Kim estaba de regreso y su hermosa sonrisa también.

-toma- dijo estirando un papel doblado en sus manos, Porchay lo vio confuso dudando un momento, lo vio empujar el papel hacia él y lo acepto- espero volver a saber de ti Porchay.

La forma en que Kim pronuncio su nombre lo emociono, sintió un fuerte deseo de gritar pero se contuvo.

Uno de los chicos tras la barra llamo al mayor, este se giró viéndolo por sobre su hombro y le hizo una seña, cuando se giró hacia el aún sonreía

- en verdad espero volver a verte, y no te apenes, te ves demasiado lindo ahora.

Tras eso Kim se alejó, él pudo verlo irse hasta la parte trasera de la barra y hablar con su compañero. Muerto de vergüenza tomo su mochila y la colgó en su hombro, luego, sin ver a las personas a su alrededor, apresuro su huida del lugar. No le importo dejar el helado tras él, a él realmente no le gustaba.

Salió del local y se paró a un costado de la puerta. Recargándose contra la pared alzo el papel que el mayor le dio y lo desdoblo. Su corazón latió con rapidez al ver escrito, en una perfecta y hermosa caligrafía, un número de teléfono, y debajo una simples líneas;

"Me gustaría verte comiendo algo que si disfrutes, llámame y te invitare a comer"

El nombre del mayor escrito en el borde de forma adorable. Chay rio pegando el pequeño pedazo de papel a su pecho. No podía creerlo. Kim si lo había notado, supo por qué iba ahí y aun así no lo rechazo, incluso...lo invito a salir.

No necesitaba más helados desagradables para verlo, al menos, así lo esperaba. Quería verlo, quería sentarse junto a él y escucharlo reír sin sentirse un acosador o un tonto enamorado.

Él definitivamente iba a llamarlo...

Love for two (kimchay/macauchay)Where stories live. Discover now