1. Regreso a clases

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—Tay ¡espera! —Comencé a gritarle a lo lejos— hey Tay —seguí llamándolo mientras me acercaba a él, corriendo

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—Tay ¡espera! —Comencé a gritarle a lo lejos— hey Tay —seguí llamándolo mientras me acercaba a él, corriendo.

—¿Gun, que ocurre? —cuestionó preocupado cuando llegué junto a él casi sin aliento.

—¿Por...qué...no...me...esperaste? —pregunté, dejándome caer en el piso delante de él.

—No te oí. —señala con un dedo en dirección a sus orejas. Sip, trae audífonos— Además se supone que estás en plena clase ¿no?

—Te juro que no me había dado cuenta. —Digo con sarcasmo y él sonríe— Y pues, si tengo clase pero estaba tan aburrido que estoy seguro me arrancaría los pelos, de uno en uno, si no huía de ese laboratorio.

—Recuérdame ¿Por qué estudias ciencias? —me cuestiona, tendiéndome la mano para ayudar a ponerme de pie.

—Soy súper inteligente —respondo y Tay vira los ojos.

—Chico súper inteligente, vamos por un café.

Caminamos hacia la cafetería y luego de hacer nuestro pedido, ocupamos la mesa habitual, lejos de la puerta y cerca de una ventana.

Tay y yo somos amigos desde siempre. Compartimos el mismo día de cumpleaños, y siendo yo, hijo único, he visto en él, el hermano que nunca me dieron mis padres. 

Nuestros padres son amigos de toda la vida, por eso nuestras madres planificaron embarazarse al mismo tiempo, luego de haberse casado, también el mismo día. Una total locura para el mundo pero no para mí. Nada es más importante que el hecho de poder tener a Tay siempre a mi lado.

No puedo pasar mis días sin verlo.

Las dos primeras clases de la mañana fueron tan aburridas que me dormí. Nada nuevo ha pasado. Mismos maestros y mismos estudiantes, que solo rotan al cambio de hora... Este año no comparto muchas clases con Tay. Él toma las clases de humanidades y yo las de ciencias, pero aun así, me las ingenio para poder verlo. Justo como ahora.

Desde que entré a la secundaria, la primera semana de clases siempre se me ha hecho aburrida y este que es mi último año en la preparatoria no ha sido la excepción. Ahora, soy muy popular, pero no siempre fue así, menos durante mi primer año. Felizmente tenía a Tay, así que los días más grises terminaban brillando como si el sol saliera solo para mí.

—¿No piensas contestar? —me dice mi mejor amigo, señalando mi celular sobre la mesa.

—Nop.

—¿Es Oab?

Levanto el móvil y sí, se trata de mi novio. Deja de sonar e inmediatamente la notificación de un mensaje salta en la pantalla.

No tengo que leerlo, para saber que Oab está histérico, porque me salté una de las dos únicas clases que compartimos durante el día.

—Sí —respondo a mi amigo, soltando un suspiro cansado.

—¿Hasta cuándo Gun?

—¿Hasta cuándo qué?

—¿Hasta cuándo vas a seguir fingiendo que eso que tienen está bien?

Juego con mis dedos sobre la pantalla del celular y vuelvo a suspirar.

—Es nuestro último año Tay, hemos estado juntos desde tercero. Después de la graduación, tomaremos caminos separados, así que-

—¿Seguirás fingiendo que el idiota no juega contigo? Porque créeme que yo soy muy consciente de eso y siempre te lo voy a recordar.

Oab es uno de los deportistas más queridos de la escuela, es capitán del equipo de futbol americano, guapo, popular y además de todo millonario... y si, como dice Tay, un completo idiota. Hace poco más de dos años me pidió ser su novio y desde entonces no nos hemos separado. Tay no lo soporta, pero aun así me ha apoyado cuando he decidido continuar con la relación, a pesar de saber las muchas veces que Oab me ha sido infiel. Pero después de todo, gracias a la popularidad de Oab, hemos tenido algunos privilegios y no es que me muera por estar con él. Lo quiero, pero soy consciente de que no lo amo. Aún no he conocido a la persona que me haga sentir verdadero amor.

Estar con Oab ha sido más bien mi manera de protegerme de los abusivos. Claramente es una ventaja —la única— importante, de sentarme con los populares, porque oh, si, ellos son los abusivos.

Las notificaciones en mi teléfono no dejan de llegar, así que por fin —mientras bebo de mi café— abro la aplicación de mensajería y tengo muchos mensajes de mi novio.

Te extraño.

¿Por qué te saltaste la clase?

¿Estás con Tay?

¿Vendrás para la siguiente clase?

Necesito mimos, ¿vendrás conmigo a casa, después de la escuela?

¿Quieres hacerme sentir mejor, bebé?

El entrenamiento de la mañana me dejó molido.

Hay más mensajes, pero no termino de leerlos, porque adivinando lo que voy a hacer, Tay se pone de pie y me dice:

—Vamos Gunnie. Vayamos a ver al idiota Mr. Músculos.

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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Chico nuevo - OffGun HP26Where stories live. Discover now