antidote ━ tom riddle. ✓

───cinco: mi color es carmesí

━━━━ · 。ﾟ☆ .* ☆ﾟ. ━━━━
CAPÍTULO CINCO:
MI COLOR ES CARMESÍ.
━━━━ · 。ﾟ☆ .* ☆ﾟ. ━━━━

TOM SE DISTANCIÓ DESPUÉS DE su pequeña charla sobre la Amortentia. A Evelyn no le importaba, porque ahora mismo estaba parada frente a Fabian y Gideon Prewett, sus varitas apuntaban hacia ella incluso cuándo estaba entre otros cuatros seguidores de Tom.

Estaba surgiendo una nueva organización que estaba destinada a evitar cualquier reforma que pudiera causar el persistente Tom Riddle. Es por eso que Tom Riddle envió rápidamente a algunos de sus mejores, junto con Evelyn, para enseñarles a los dos miembros de la orden que ellos no estaban ahí para jugar.

A Evelyn realmente no le importaban los dos hombres frente a ella, ya que solo esperaba que Tom Riddle mantuviera su parte del trato y la ayudara fingir su propia muerte. Si no lo hacía, ella tendría que hacer todo de la manera más difícil, pero obtendría su propia libertad de una forma u otra. No se volvería como su madre y no permitiría que algún tipo de hombre dictara su vida hasta el final. Ella haría su propio camino.

Junto a ella estaba Antonin Dolohov, quien fue anunciado como el seguidor más cruel de Lord Voldemort. El hombre tenía una expresión de aburrimiento mientras su varita apuntaba a sus víctimas, pero su postura era desgarbada, su cabello desordenado y solo su mirada la aburría.

La tarea era obtener información de los dos sobre la nueva orden y matarlos. Tom Riddle esperaba la perfección de ellos. Los cuatro seguidores suyos estaban ansiosos por obtener una mirada de aprobación por parte de él, pero a Evelyn no le importaba la aprobación del todopoderoso Voldemort.

—¿Cuántos de ustedes hay?—Antonin preguntó con un marcado acento, aunque no podía hablar ni una onza de ruso y su acento ya le estaba dando dolor de cabeza a Evelyn. Quería terminar ya y darse un baño caliente para relajar los músculos.

—¡No importa! Sabemos lo que planea tu líder y lo detendremos de una forma u otra.—respondió uno de los pelirrojos, apuntando su varita a Antonin.

—O nos dan información ahora o podemos comenzar esta pelea o como quieran llamarlo.—suspiró Evelyn, quitándose el abrigo de los hombros y colocándolo en una silla que estaba cerca cuando entraron ilegalmente en una especie de casa abandonada donde los pelirrojos fueron seguidos.

—Al menos moriré con dignidad... ¿Es eso lo que realmente quieres? Podría unirte a nosotros, no es demasiado tarde.—dijo uno de ellos, directamente a Evelyn y ella tuvo que reírse para sus adentros. ¿Le estaban diciendo eso porque no tenía varita o porque la veían como una especie de mujer débil y confundida?

—Honestamente, no me importa lo que vaya a pasar, reforma o no. Solo estoy haciendo mi trabajo, igual que ustedes dos.—respondió ella, su voz era suave, casi seductora mientras se bajaba ligeramente las mangas.