Capítulo 11 ↬ Dilema

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Aquel beso duró lo que se sintió una eternidad, pero ninguno deseaba separarse, estaban tan inmersos en aquel placer, tanto que Namjoon por impulso deseo llevarlo a otro nivel cuando sintió a Seokjin colocar sus brazos alrededor de su cuello, algo que lo dejó anonadado pero lo ignoro para seguir disfrutando.

Estaba más que fascinado con ese beso, lo estaba disfrutando demasiado, aquellos labios rellenitos y tan suaves lo estaban volviendo loco, era la primera vez que experimentaba algo así y no deseaba terminarlo, eran tan apetitoso y espectaculares junto con aquel sabor a cerezas.

Fue bajando sus manos poco a poco, acariciando su cintura y llegando hasta sus glúteos donde masajeo con fuerza sin importarle las consecuencias.

Abrió sus ojos para observar a su enemigo que tenía los suyos cerrados, se veía tan lindo que era una imagen que no iba a desechar jamás, pero el placer se fue por la ventana al momento en que Seokjin reaccionó y lo empujó con fuerza para luego darle un puñetazo a la cara, se tambaleó mientras agarraba la parte afectada y se volteba para verlo estupefacto. El castaño tenía la cara roja de la vergüenza y de furia.

-- ¡¿Acaso te has vuelto loco?!-- se tocó los labios los cuales estaba hinchados por el beso mirándolo con los ojos muy abiertos y con la cara roja de la vergüenza.

Namjoon seguía sin decir ni una palabra, solamente acariciaba su mejilla que se encontraba roja, un dolor fatal que le duraría un buen tiempo, y con toda la vergüenza del mundo Seokjin se alejo más de él para señalarlo tratando de no tropezar con sus palabras.

-- ¡N-no te atrevas a besarme o-otra vez hijo de puta! --podía jurar que su cara estaba ardiendo de la vergüenza, y desvío la mirada intentando no toparse con los profundos ojos de Namjoon.

Estaba actuando como una damisela nerviosa luego de a ver dado su primer beso, pero era la única reacción que podía hacer, ah, y sonrojarse como un tomate. Temblando cómo un niño se deslizó por la pared tratando de llegar a la puerta.

-- Hey cobarde, ¿A donde creés que vas Kim?-- Namjoon estaba molesto, tanto por el puñetazo que le dio como por haber interrumpido su entrada en el quinto cielo, pues lo admitía, le gustó besarlo.

-- ¡A dónde no te importe baboso!- no sabía que más decir, incluso los insultos se le fueron-- ¡Mira un ovni!

-- ¿Es enserio Seokjin? ¿Cuántos años crees que tengo para esa broma? --lo miró con una mueca confundido.

-- Ugh, pues con mi hermano y Jungkook funciona-- murmuró cerrando los ojos, pensó y pensó como librarse de esa hasta que escucharon el sonido de alguien jalando la palanca del baño por lo que se alarmaron.

-- ¡Mierda!-- dijo el de tez morena para ponerse en guardia.

-- ¡Ahí te ves!

Trago grueso al gritar y salió corriendo a toda velocidad sin dejar a Namjoon decir una sola palabra, como si el mismísimo diablo lo fuera siguiendo, cuando estuvo en medio de las mesas trató de ubicar donde estaba sentada Haneul, se sento un tanto preocupado recibiendo una mirada interrogativa por parte de la chica.

-- Oye, ¿estás bien?-- preguntó con un tono de alarma en su voz mientras se acercaba un poco.

-- P-por supuesto, estoy más que excelente-- trato de hablar normalmente pero simplemente no podía, y en su interior estaba pidiendo ayuda a gritos.

-- Pero mirate, estás todo rojo y empapado-- tocó su frente y se sobresalto-- ¡Estas hirviendo! Parece que tienes fiebre, es mejor irnos.

Fiebre no, calentura mejor dicho, y su pantalón podía confirmarlo, miró hacia abajo y tenía una tienda de campaña acompañándolo, sufiente tenía con haber besado a un hombre como para ver que tenía un erección por un estúpido beso. Estaba perdido.

Latidos Del Corazón - NamJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora