Capítulo Uno: El Encuentro en el Bosque

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25 de Noviembre del año 1520

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25 de Noviembre del año 1520

   El sol se ocultaba tras las imponentes montañas que rodeaban el bosque de Anatolia, tiñendo el cielo de tonos dorados y rosados. El príncipe Suleimán cabalgaba solo a través de los densos árboles, con su rostro siempre imperturbable, frío como el invierno, pero sus ojos, esos ojos profundos y oscuros, revelaban la curiosidad que sentía por aquel lugar misterioso.

   Había escuchado rumores de que en este bosque moraban criaturas mágicas, pero Suleimán no era de los que creían en supersticiones. Sus pasos resonaban en la hojarasca, rompiendo el silencio de la tarde. Pero, de repente, un sonido agudo y desgarrador lo detuvo en seco.

   Siguió el llanto hasta encontrar a un niño en un claro del bosque. Estaba desaliñado, con harapos sucios que apenas cubrían su pequeño cuerpo, y su rostro estaba marcado por lágrimas y cicatrices. A juzgar por su aspecto maltrecho, el niño había estado perdido en el bosque durante mucho tiempo.

   Suleimán descendió de su caballo y se acercó al niño con cautela. El niño, al ver al príncipe, retrocedió con temor, pero sus piernas temblaban y no pudo huir. Suleimán habló con voz suave y calmada:

   —¿Qué demonios haces aquí, muchacho? —pregunté mientras me arrodillaba junto a él.

   El niño, de no más de nueve años, me miró con ojos vidriosos llenos de lágrimas y miedo. Entre sollozos, balbuceó palabras incomprensibles. Tomé su pequeña mano en la mía y le hablé con voz suave y calmada.

   —Tranquilo, estás a salvo ahora. Soy Suleimán, el príncipe de este imperio. ¿Cómo te llamas?

   —M-Merlin -murmuró con voz quebrada.

   El pequeño miró al príncipe con ojos asustados y balbuceó una respuesta apenas audible..

   Suleimán sintió compasión por el niño y, sin dudarlo, lo levantó en brazos con cuidado. El pequeño Merlin se aferró a la ropa del príncipe como si temiera desaparecer si lo soltaba. Suleimán suspiró y le acarició el cabello enredado.

   —Estás a salvo ahora, Merlin. Te llevaré al palacio y cuidaré de ti.

   Suleimán sabía que esto desencadenaría una serie de problemas en su vida. Su padre, el sultán, era un hombre de costumbres estrictas y nunca aprobaría que criara a un niño encontrado en el bosque como su propio hijo. 

   El príncipe, sin embargo, tenía una determinación inquebrantable en su corazón. No podía dejar al niño solo y desamparado. Cabalgó de regreso al palacio con Merlin en brazos, preparándose para enfrentar las consecuencias de su elección.

   Mi padre, el Gran Sultán, me recibió con una mirada inquisitiva cuando llegamos al palacio. Lo presenté a Merlin y le expliqué la situación. Pero mi padre no estaba contento.

Love in War [Merthur]Where stories live. Discover now