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Había llegado el día de retirar la mercancía de los Lee. Y no hacía falta decir que todos, excepto Taehyung, estaban nerviosos.

No era la primera vez que retiraban la mercancía de algún viejo decrépito temeroso a que la policía los capturara en pleno acto. Pero las cosas siempre se ponían densas cuando se trataba de Corea del Norte, eso Kim lo sabía y realmente no le importaba.

-¿Están listos?- preguntó en voz alta, mirando a las tres personas que tenía enfrente.

Todos asintieron a la pregunta, caminando hacia la salida para subirse al auto. Sin embargo, Taehyung se quedó observando como las manos de Jungkook temblaban levemente al querer abrocharse el botón de la camisa.

Rodó los ojos con fastidio, y se acercó a él para ayudarlo.

-Te dije que te quedaras- gruñó, con el ceño fruncido y los hombros tensos-. No te necesito allí.

-Pero yo...

-No te necesito allí- repitió con voz firme-. No voy a poder estar pendiente de ti si algo pasa, Jungkook.

El menor trago en seco, sus ojos volviéndose acuosos a causa de las palabras que Taehyung le decía. ¿Por qué tenía que ser tan rudo a veces? Él solo...quería protegerlo, asegurarse de que no lo dejaría solo.

-No necesito que me cuides, puedo hacerlo por mi mismo- refutó-. Por favor...déjame ir. N-no estaré tranquilo sabiendo que estás allá y yo aquí, por favor.

¿Qué probabilidad había de que las cosas salieran mal? Muchas, si tenía que ser sincero. Pero él tampoco estaría tranquilo si dejaba a Jungkook solo en esa casa, pues lo que le había dicho Byeon días atrás cuando Jungkook se lastimó la mano lo había dejado pensando.

Suspiró, rendido, agarrando el rostro de Jungkook con ambas manos para que lo mirara.

-Si te digo que te escondas, lo haces ¿entendido?

-E-está bien.

Taehyung se inclinó, juntando sus labios con los contrarios, creando un hermoso ritmo tranquilo y sin segundas intensiones. Jungkook pasó sus manos por los hombros del mayor para profundizar el beso, sus papilas gustativas deitandose con el rico sabor de la boca de Taehyung.

Se separaron minutos después, mirándose mutuamente.

Joder, Taehyung estaba tan mal por ese chico. Lo quería tener siempre para él.

-¡Hey, muevan el culo!- gritó Suji desde afuera. Se dieron un último beso y finalmente salieron para subirse en el auto con los demás-. ¿Acaso iban a echar un rapidin antes de la matazon?

-No es tu problema.

-Bah, que aburrido Taehyungie.

Decidió ignorarla y poner el auto en marcha. El viaje sería de aproximadamente dos horas y media, así que Suji, Byeon y Jihoon se pusieron cómodos en la parte trasera viendo una película en el celular de la peli negro mientras tanto.

Por otro lado, Jungkook veía el paisaje por la ventana completamente maravillado. No era de las personas que salían mucho, incluso no lo hacía cuando estaba en su casa. Así que cualquier cosa que fuera bonita y digna de admirar era una maravilla para Jungkook.

Taehyung volteaba a verlo de vez en cuando deleitándose con su perfil y cabello rubio. Jeon Jungkook...le gustaba tanto y era tan suyo. Sabía que no era amor, lo que sentía por el chico Jeon no se acercaba ni un poco a eso, pero ¿acaso la obsesión no era más fuerte que el amor? ¿Más sincero y más realista? Porque de esa manera lo veía Taehyung.

El auto se detuvo horas después en una autopista completamente desolada. Suji se despertó de repente con un salto mirando hacia todos lados.

-¿Ya llegamos?- preguntó con voz ronca a causa de la pequeña siesta que había tenido.

ESTOCOLMO | ᴋᴛʜ-ᴊᴊᴋWhere stories live. Discover now