Capítulo 3.

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¿Qué? Esto debe ser una broma, una broma de muy mal gusto. ¿Cómo es posible que lleve 4 años muerto? No. No. Me rehuso a creer eso, es algo imposible.
Ahora tengo más preguntas que al principio.

— Demián, relájate. — Dijo Camille. Colocó una de sus suaves manos sobre mi hombro.

— ¿Cómo quieres qué me relaje? Me acabo de enterar que tengo 4 años muerto. Y lo último que recuerdo de mi vida es una discusión con mi novia. — Contesté frustrado. Todo mi mundo se estaba viniendo abajo de nuevo.

Esto es una pesadilla, no es real, voy a despertar en mi casa y me reiré de esto. Nada es real, nada es real.

Intentaba convenserme a mí mismo que todo lo que pasaba a mi alrededor era falso, era algo que mi descabellada cabeza había creado, que quizás estaba bajo el efecto de alguna droga experimental, e incluso hay una probabilidad de que los aliens, me hayan extraído de la tierra y estén experimentando conmigo.

»¿En serio? ¿Para ti, es peor haber muerto y vagar por el mundo. Qué ser extraído por alienígenas? Dejáme decirte, que estas loco, Demián O'Donell

De nuevo estaba escuchando la voz de Evangelyne, en mi mente.

— ¡¿Quieres dejar de hablar en mi cabeza?! — Grité, provocando que Camille se estremeciera.

Todo esto era una mierda.

Me puse de pie y caminé hasta la puerta, necesitaba estar solo, necesitaba poder comprender todo lo que me estaba pasando.

— Todo va a estar bien, Demián. — Murmuró, su cálida voz, llegó como un dulce canto a mis oídos. Pero un canto lleno de mentiras.

— Esa es la mentira más grande, que me puedes decir. Nada va a estar bien, así qué, Camille. Deja de engañarte a ti misma. — Respondí sin siquiera mirarle a la cara. Salí del pequeño departamento de Victoria.

Caminaba por la ciudad mientras miraba todo lo que estaba en mi campo de visión, era una tarde hermosa, el sol estaba cayendo, bañando la ciudad en una tenue luz rojiza, las personas que paseaban se veían felices, disfrutando de un día hermoso en la ciudad, disfrutando de sus seres amados. Entonces su recuerdo cubrió mi mente, con un manto de tristeza, dolor, y desesperación. Me sentía tan imponente, no podía hacer nada para que las cosas estuvieran «bien».

¿Qué ha pasado en estos últimos 4 años?

Tenía pocos recuerdos de lo que había sido mi vida, el más presente sin duda, era mi última discusión con la mujer que amé con cada neurona de mi cerebro, con cada célula de mi cuerpo.
Es increíble como desperdiciamos tiempo, nos creemos eternos pero no lo somos, creemos tener el mundo a nuestros pies, pero... Nosotros estamos a los pies de él.

Si tan sólo, yo... Ni siquiera tiene caso, decirlo, el lamentarme no me devolverá la vida, en realidad nada lo hará, mi cuerpo ya no existe.
Hasta hace un par de horas tenía la esperanza de poder volver, pero me equivoqué.

— Esta es la parte en la que debes asimilar todo lo que te ha sucedido, es cuando tienes que reconocer tus errores. — No supe distinguir de quién era la voz que me hablaba.

En realidad no veía a alguien hablándome. Una pequeña luz de color azul, se extendió a mi alrededor. Sentí el tirón en mi estómago, como cuando Evangelyne me lleva. Efectivamente; había ido a parar a la habitación blanca.

— Hola, Demián. — Una mujer de cabello blanco estaba parada frente a mí. — Aquél que doma. — Musitó.

— ¿Disculpa?

Afterlife: Después de la vida ®Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα