23. B R I N D E M O S

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Me cubro del frio que hace con una chaqueta azulona que me llega hasta las piernas. Haxel quiere que llegue a su casa de nuevo.

Nunca entendí lo que estaba pasando. La muñeca se apareció una vez en mis pesadillas, y cobró vida, me habló, y me dijo con voz ronca y agonizante:

Vas a terminar como yo, por que eres la decimo tercera de…

¿La decimo tercera de la lista de chicas por las que Haxel ha pasado?, eso era lo único podría deducir.

Por que cuando la muñeca iba a terminar la frase su cuerpo se cubrió de una especie de líquido viscoso y blancuzco.

Pude saber lo que ese líquido era. Luego me terminé despertando de un brinco.

 "¿Por qué quieres que me desenvuelva, Haxel?"

Le pregunté ese día en el que me iba a proponer otra manera de tomar agua de su grifo.

"Por que vamos a brindae"

"¿Es necesario tener mi cuerpo desenvuelto para brindar?"

Me mira por encima de sus lentes, fijamente. Ya lo podía hacer.

"Necesito de tu liquido Mara. Ya tengo el mío en la refrigeradora"

Juega con el envase que tiene en su mano, adentro esta su líquido, su agua de grifo, y ya voy entiendo a que se refiere con mi líquido.

Se refiere a mi sangre.

Y no a cualquier sangre, sino a la sangre que derramo cada cierto periodo.

"¿Cuál es la razón por la que debemos brindar?"

Cuando le hago la pregunta ya tengo el vaso con su liquido en mis manos, y el tiene el vaso con mi liquido en sus manos.

Junta su envase con el mío, y se emite un sonido, el sonido del brindis.

"Vamos a brindar por que has llegado lejos Mara, y yo he llegado lejos contigo"

Yo sé a que se refiere con lejos, ambos sabemos a que se refiere con lejos, todos sabemos a que se refiere con lejos.

"Salud", digo neutra.

"Salud, Mara", menciona mi nombre con un susurro lleno de placer.

Y entonces nos tomamos los líquidos de un solo golpe. El parece saborear mas mi sangre que yo su agua.

"¿Haxel? ¿Estas dormido?"

Le susurro al oído cuando lo veo recostado en el sillón y con los ojos cerrados.

La razón por la que yo no me dormí fue por que fingí estar dormida en un sillón al lado.

Luego de alistarme con mi chaqueta azulona larga me vine a su casa, tal y como me lo había pedido.

Haxel no me responde, y eso quiere decir dos cosas:

Que finge estar dormido, o que en realidad si está dormido.

"Mara", me toma de la mano y la presiona fuerte, esta muy frio.

"¿Dime?", le digo, sus ojos siguen cerrados.

"¿Quieres acompañarme a un sitio?". Susurro un “si”, se ríe de lado, sus ojos aun siguen cerrados, es como si me estuviera hablando dormido. "Yo te puedo llevar a lugares fascinantes solo si me lo permites."

"Te dejaré llevarme a donde quieras", le respondo entonces.

Se levanta, tirando con delicadeza de mi brazo, y llevándome justo donde está la nevera, la nevera donde se encuentra la muñeca.

Abre lentamente la puerta de la nevera.

El aún sigue con los ojos cerrados, estoy convencida que ha entrado en una especie de trauma del sueño llamado Trastorno del Sonámbulo.

"¿La ves a ella?"

Me empiezo a poner tensa y pasmada de volver a verla. Mi pesadilla, la recuerdo.

"Si", respondo en un hilo débil de voz.

"¿No es linda, Mara?"

"Lo es"

"Linda como…tu"

Se me para por detrás y empieza a jugar con mi cabello y a olerla a la misma vez. Sigue dormido.

"Gracias, pero tengo una duda Haxel"

"Dímela, Mara"

"¿Qué papel juega en tu vida esa muñeca ?"

"Shhh". Hace con su boca y lleva su dedo índice a mis labios. "¿Sera que estés preparada para saberlo?"

"Estoy aterrorizada, ¿eso te hace creer que no estoy preparada?"

"Oh Mara", dice con pesar, y me acaricia lentamente el mentón.

"¿Qué sucede?"

"Necesitarías estar tan enferma como yo para entenderlo.

"Solo necesito saber una cosa, Haxel", le imploro casi llorando y sacando la cuenta de lo que me dijo esta muñeca en mi pesadilla de la otra noche, en la que cobró vida.

"Dime"

"¿Terminare como ella en algún momento?"

"¿Cómo un juguete frío e inmóvil con el que puedo hacer lo que quiera?"

Suena tan indiferente a la situación. Empiezo a temblar de miedo, luego susurro un “¿Si?”.

Asiente lentamente y responde: "Puede que sí, Mara"

H a x e l  ©  [Versión censurada de 361 Grados Completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora